Los residentes en la costa Este de Estados Unidos continúan haciendo frente a históricas inundaciones y generalizados apagones como resultado del huracán Irene que ya ha dejado más de 40 víctimas fatales en Estados Unidos y Canadá.
Craig Fugate, administrador de la Agencia de Manejo de Emergencias (FEMA), describió la situación al señalar que “hemos visto unas inundaciones sin precedentes en Vermont, inundaciones sin precedentes en Nueva York, aun tenemos ríos que todavía van a seguir creciendo. El centro de pronóstico para el noreste reportó que algunos ríos pueden no desbordarse hasta dentro de dos o tres días, por lo que la extensión del impacto aun se desconoce”.
Las compañías de servicios públicos dicen que podría pasar más de una semana antes de que se restaure la electricidad a muchas de las cinco millones de casas y negocios que perdieron la energía debido a la tormenta.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una declaración de emergencia en particular para el estado de Vermont, donde hay pequeñas localidades completamente aisladas.
Obama dijo que "llevará tiempo recuperarse de una tormenta de esta magnitud. Los
efectos se sienten todavía en buena parte del país". El mandatario explicó que su objetivo prioritario es que los fondos federales lleguen al área con rapidez, bien remarcó que las agencias de emergencia están haciendo todo lo posible para ayudar en las áreas afectadas.
El gobernador de Vermont, Peter Shumlin, describió las inundaciones como “catastróficas”. Las áreas más afectadas por las lluvias son Rutland, Addison y Brattleboro, donde el gobernador pidió que los residente permanecieran fuera de las calles, para que equipos de emergencia pudieran trabajar.
Aunque Irene llegó a Vermont como tormenta tropical, estados como Carolina de Norte y Massachusetts recibieron grandes cantidades de lluvia durante el pasado sábado y domingo, 28 de agosto.
Entre todos los gastos llevados a cabo a causa del huracán, expertos estiman que los preparativos y limpieza luego del paso de Irene le costarán al país entre $5 y $7 mil millones de dólares.