El presidente Barack Obama viaja el martes a Chicago para promover su acción ejecutiva en materia de inmigración en medio de los continuos llamados republicanos para bloquear la medida.
El domingo el presidente retó nuevamente a los republicanos al “aprobar una ley”, negó que actúe como un emperador y recordó que la única razón por la que antes no se aprobó la reforma inmigratoria fue porque el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, “no la sometió a votación”.
Pero algunos de los probables candidatos republicanos a la presidencia en 2016, si bien hablaron de mesura, hicieron fuertes llamados a parar las medidas decretadas por Obama.
El senador Marco Rubio de la Florida, unos de los que votó a favor del proyecto de ley que aprobó el Senado y que murió en la Cámara, dijo que el Congreso debería hacer retroceder las acciones de Obama y urgió a los republicanos a votar el próximo año un proyecto de ley que garantice un estricto cumplimiento de las leyes de inmigración.
El exsenador Rick Santorum, otro de los favoritos del Tea Party, afirmó que el Congreso debe utilizar “todos los medios disponibles para detener este ataque constitucional contra nuestra libertad”.
Por su parte, el senador por Kentucky, Rand Paul, prometió que no se quedará parado a ver cómo “el presidente ignora al Congreso y a nuestra Constitución”.
Otro de los grandes detractores de presidente, el senador por Texas, Ted Cruz, fue más específico al sugerir que el nuevo Congreso no debe confirmar ninguno de los nominados de Obama para puestos en el gabinete que no sean de seguridad nacional y usar el poder “del bolso” para poner condiciones a los fondos que se aprueben al gobierno.
Tras las elecciones del 4 de noviembre, la atención política de Estados Unidos está enfocada en las elecciones presidenciales de 2016 que comienzan con la lucha de los aspirantes por posicionarse de cara a las elecciones primarias en los dos partidos.