La Cámara de Representantes del estado de Nuevo México intenta revocar una ley de 2003 –una de las primeras en Estados Unidos—que otorga licencias de conducir a los inmigrantes sin importar su estatus migratorio.
Los proponentes del proyecto argumentan que la mayoría de los habitantes de Nuevo México quieren revertir el curso para ayudar a prevenir el fraude y hacer que el Estado cumpla con los requerimientos de identificación federales.
La gobernadora del estado, Susana Martínez, la única gobernadora hispana del país, ha estado impulsando la derogatoria de la ley desde que fue electa inicialmente en 2010.
Los que se oponen a modificar la ley señalan que las familias trabajadoras son las que serían perjudicadas mayormente si la medida se aprueba. Los congresistas demócratas han prometido combatir el proyecto.
De los 50 estados de EE.UU., 10 han aprobado leyes que permiten otorgar licencias a los indocumentados. El último de los estados en aprobar una medida así fue California, donde se espera que unos 1,4 millones de personas soliciten el documento.
Los otros estados son Colorado, Connecticut, Illinois, Maryland, Nevada, Oregón, Utah, Vermont, más el Distrito de Columbia en Washington que no es estado.
Los republicanos dominan la Cámara en Nuevo México desde este año, gracias a su triunfo en las elecciones de noviembre pasado.
La figura de la gobernadora Martínez ha crecido considerablemente dentro de su partido republicano al punto de ser considerada como potencial candidata a la vicepresidencia.
