Un nuevo informe del Pentágono revela que partes de restos incinerados de víctimas de los ataques terroristas ocurridos el 11 de septiembre de 2001 fueron enviados a un basurero después que no pudieron ser identificados.
El informe establece que varias partes de restos de víctimas de los ataques al Pentágono y del avión secuestrado que se estrelló en Shanksville, Pennsylvania, fueron entregados a un contratista de eliminación de desechos biomédicos. El contratista incineró los restos y los depositó en un basurero.
El director de la Morgue de Dover, el General retirado John Abizaid, dijo a los periodistas en el Pentágono que no sabía cuán extenso era el problema.
Presionado por un periodista del diario The Washington Post, Abizaid rehusó ofrecer más detalles, y agregó que "le estoy diciendo que no fue el centro de atención del panel. El centro de atención del panel fue mirar hacia adelante, ver que estuvo mal, corregir lo que estuvo mal, o hacer una especie de recomendación sobre lo que tiene que ser corregido. No empleamos mucho tiempo, ni esfuerzo, ni energía sobre lo que usted está hablando”.
Las conclusiones son parte de un informe sobre la Morgue de Dover, en el estado de Delaware.
La práctica de arrojar restos en el basurero fue dejada de lado en 2008. Las fuerzas armadas ahora creman las partes de restos y las arrojan al océano.