“¿Cómo podría ser la realidad si yo regresara a mi país?, es una pregunta que creo que muchos hispanos se hacen al vivir aquí en Estados Unidos”, contestó Mario Rosales al preguntarle si su nueva película estaba basada en la vida real.
El realizador cinematográfico explicó a voanoticias.com que inició una reflexión personal en 2006, cuando viviendo en Nueva York, “empezó un ataque contra el inmigrante hispano”.
El regreso del Lecho cuanta la historia de un artista de grafiti que regresa a Guatemala después de vivir por una década en Nueva York. Deseoso de llevar la expresión artística a su país de origen, silenciado por más de 30 años de terror, Lencho reúne a un colectivo de artistas para producir proyectos de arte público con impacto social.
Hasta este punto de la historia se puede decir está inspirada en la propia vida de Rosales. Pero entonces viene un punto de giro, cuando la ficción coloca a Lecho bajo el radar estatal y así Rosales cuestiona las acciones y la estructura legal de su país.
Rosales aspira a que esta película ayude a mejorar la situación de muchos jóvenes en Guatemala que, según él, tienen poco acceso a los medios de comunicación masiva y para quienes “las paredes se convierten en el medio de expresión. Es a través de este arte callejero que se empiezan a formar colectivos que agrupan y organizan a la juventud, y es a través de estos grupos que se puede empezar a buscar cambios sociales”, explicó a voanoticias.com.
La violencia que experimenta la juventud en Guatemala no fue extraña a la película. Carlos Chacón, conocido como El Chino y uno de los miembros más jóvenes del elenco fue asesinado algunos meses después del rodaje. “Esto es parte de lo que la película quiere retratar, la violencia institucional contra la juventud”, declaró Rosales.
Después de vivir por tantos años en Nueva York, es fácil tener apreciaciones románticas del otro lado, Guatemala en este caso. El realizador dijo estar consciente de esta posibilidad, por lo que en su proceso de escritura del guión, su investigación incluyó entrevistas con periodistas, organizaciones de derechos humanos y gente del común en Guatemala, “esto me ofreció una mejor imagen de lo que es vivir en Guatemala actualmente”.