Para reducir el número de productos peligrosos que están llegando a el mercado estadounidenses desde China, el gobierno de Estados Unidos está organizando, por primera vez en el exterior, una oficina para la protección del consumidor y la seguridad de productos.
Inez Tenebaum, presidenta de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de EE.UU., dice que la nueva oficina busca ayudar a los fabricantes chinos a entender mejor las regulaciones y estándares estadounidenses. A su vez, intenta prevenir los problemas de los productos antes de que sean enviados a Estados Unidos.
“Teniendo una actitud pro activa, nosotros podemos reducir el número de alertas y productos que tienen que ser retirados de nuestros mercados y evitar las pérdidas económicas y de prestigio de las marcas”, dijo Tennembaum.
Esta oficina se convertirá también en el canal del gobierno estadounidense para compartir sus preocupaciones sobre la seguridad de los consumidores con los oficiales chinos. La oficina estará ubicada en la embajada de EE.UU. en Beijing.
Durante el año de 2010, se registraron 220 productos hechos en China que tuvieron que ser retirados del mercado.
Los problemas de plomo en juguetes para niños y la falsificación de productos electrónicos continúan sucediendo. Los consumidores estadounidenses también han tratado de obtener una indemnización por paneles de yeso fabricados en China que emiten gases nocivos y han hecho miles de casa inhabitables.
China es el país exportador líder de la economía mundial, sin embargo, continua intentando mejorar los estándares luego de varios escándalos a nivel internacional.
En ex director de la oficina estatal de Alimentos y Medicinas de China fue ejecutado en 2007 por corrupción, acusado de aceptar sobornos y acusado por la muerte de varias personas.
Su sentencia se hizo pública cuando titulares sobre pasta de dientes contaminada y alimento para mascotas letal inundaba la prensa internacional.