Las formaciones militares de todo Reino Unido y de los buques en el mar de la Armada británica dispararon el sábado salvas de 41 cañonazos con motivo de la muerte del príncipe Felipe, honrando así al ex oficial de la marina y marido de la reina Isabel II, al que consideraban uno de los suyos.
Las cañoneras de Londres, Edimburgo, Cardiff y Belfast —las capitales de las cuatro naciones que componen Reino Unido—, así como de otras ciudades del país y del territorio mediterráneo de Gibraltar, en el sur de la Península Ibérica, dispararon las salvas a intervalos de un minuto a partir del mediodía. Los buques, incluido el HMS Montrose, una fragata que patrulla el Golfo Pérsico, dispararon sus propias salvas.
Felipe, también conocido como el duque de Edimburgo, el consorte más longevo de la monarquía británica, falleció el viernes a los 99 años en el Casillo de Windsor. Murió apenas dos meses antes de cumplir cien años.
Felipe se unió a la Armada como cadete en 1939 y tuvo una prometedora carrera militar. En 1941, fue honrado por su servicio durante la batalla del Cabo Matapan frente a la costa de Grecia, cuando su control de los reflectores a bordo del HMS Valiant permitió que el acorazado señalara los barcos enemigos en la oscuridad. Philip ascendió al rango de comandante antes de retirarse del servicio activo.
Dos años después de que terminó la guerra, Felipe se casó con Isabel en la Abadía de Westminster, cuando ella tenía 21 años y él 26. La carrera naval de Felipe llegó a un final abrupto cuando el rey Jorge VI murió en 1952 y su esposa se convirtió en reina.
Las autoridades han pidieron a la población que siga los saludos militares a través de internet o por televisión desde casa por la pandemia del coronavirus, que ha azotado con dureza al país.
Además, algunos ciudadanos volvieron a depositar flores el sábado ante el Palacio de Buckingham y el Castillo de Windsor, a pesar de los llamamientos de las autoridades y la familia real para que se abstengan de hacerlo debido a la pandemia de COVID-19.
Pequeños grupos de personas se congregaron por la mañana ante la puerta principal de Buckingham, en el centro de Londres, donde la bandera ondeaba a media asta.
Antes, unos trabajadores habían retirado las flores dejadas en la víspera.
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