La pandemia de coronavirus ha hundido a millones de personas en la hambruna, denunció el lunes el Programa Mundial de Alimentos de la ONU al solicitar casi 5.000 millones de dólares para ayudar a alimentar al creciente número de pobres.
Las consecuencias de la pandemia se están sintiendo con más fuerza en América Latina, donde prácticamente se ha triplicado el número de personas que requieren asistencia alimentaria, y mientras las comunidades urbanas en países de ingresos bajos y medianos se ven arrastradas a la indigencia debido a la pérdida de empleos y el desplome de las remesas.
“La primera línea en la batalla contra el coronavirus está cambiando del mundo rico al mundo pobre”, dijo David Beasley, director ejecutivo del PMA. “Hasta el día que tengamos una vacuna médica, la comida es la mejor vacuna contra el caos”.
Agregó que sin acceso a suficientes alimentos, el mundo podría ver “un aumento de los disturbios sociales y las protestas, un aumento de la migración, la profundización del conflicto y la desnutrición generalizada entre las poblaciones que anteriormente eran inmunes al hambre”.
Ante esto, el programa de Naciones Unidas está llevando a cabo la mayor respuesta humanitaria de su historia, con el objetivo de ayudar a 138 millones de personas, en comparación con un récord anterior de 97 millones en 2019. La agencia dice que se necesitan fondos sostenidos para apoyar su trabajo en 83 países, para proporcionar alimentos a los más vulnerables y apoyar a los gobiernos que trabajan para frenar la propagación de COVID-19.
La hambruna podría alcanzar hasta a 270 millones de personas este año 2020, un aumento del 82% antes de que se desatara la pandemia, alertó el PMA.
“Esta crisis sin precedentes requiere una respuesta sin precedentes. Si no respondemos de manera rápida y efectiva a esta amenaza viral, el resultado se medirá en la pérdida desmesurada de vidas, y los esfuerzos para revertir la ola de hambre se perderán”, alertó Beasley.