La cámara alta del Parlamento de Rusia, el Consejo de la Federación, aprobó un proyecto de ley que prohibiría a los partidarios y miembros de organizaciones designadas como "extremistas" ser elegidos para cualquier cargo, una medida que hace prácticamente imposible que cualquier persona relacionada con el político opositor encarcelado Alexei Navalny obtenga un cargo público.
Según el proyecto de ley aprobado el 2 de junio por la cámara, los líderes y fundadores de organizaciones declaradas extremistas o terroristas por los tribunales rusos tendrán prohibido postularse para cargos electos por un período de cinco años.
Otros miembros o empleados de dichas organizaciones se enfrentarán a una prohibición de tres años.
La legislación aún requiere la firma del presidente Vladimir Putin, que es ampliamente esperada.
La medida parece ser un intento apenas velado de neutralizar la Fundación Anticorrupción de Navalny (FBK), que las autoridades pretenden haber declarado un grupo "extremista" antes de las elecciones parlamentarias de septiembre. La FBK ya ha sido declarada "agente extranjero", una designación punitiva en virtud de otra ley rusa.
La ley parece ser de aplicación retroactiva, ya que solo implica restringir los derechos de una persona, dicen los analistas legales.
Las autoridades rusas han aumentado su presión sobre la disidencia antes de las elecciones de septiembre, y las encuestas de opinión muestran que el apoyo al partido gobernante Rusia Unida se encuentra en los niveles más bajos de la historia.
La sede regional de Navalny ha sido fundamental en la implementación de una estrategia de "votación inteligente" diseñada para promover a los candidatos que tienen más probabilidades de derrotar a los de Rusia Unida en varias elecciones.
Navalny, el crítico más vocal de Putin, se encuentra actualmente cumpliendo una sentencia de prisión por cargos de malversación de fondos que, según él, fueron inventados debido a su actividad política.
El hombre de 44 años ha estado detenido desde enero, cuando regresó a Rusia luego de semanas de tratamiento médico en Alemania por una intoxicación por un agente nervioso en agosto que, según él, fue llevada a cabo por agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB) en el mandato de Putin. El Kremlin ha negado cualquier papel en el envenenamiento.
Desde su encarcelamiento, el Kremlin ha intensificado su campaña contra Navalny y sus asociados, muchos de los cuales han huido del país por temor a ser arrestados.
