Las cuarentenas y los cierres de negocios, incluyendo bancos y empresas que ofrecen transferencias internacionales de dinero, están afectando la forma en que los inmigrantes pueden enviar remesas a sus países de origen, según un informe especial del Banco Mundial.
Como resultado, se proyecta que las remesas a nivel mundial caerán en un 20 por ciento en 2020.
El reporte también indica que la COVID-19 ha afectado los ingresos de los inmigrantes, lo cual también afecta el flujo de remesas.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, dijo en una nota de prensa que las remesas son una fuente vital de ingresos para los países en vías de desarrollo.
Las recomendaciones del Banco Mundial consisten en hacer las transferencias de fondos algo de bajo costo y catalogarlas como una actividad “esencial” para que no se vean afectadas por las restricciones emitidas en la pandemia y de esa forma evitar que familias enteras en países pobres caigan en situaciones de pobreza extrema.
“Las remesas ayudan a las familias a poder adquirir comida, atención médica, y necesidades básicas. Al implementar el Banco Mundial acciones rápidas para apoyar a los países, estamos trabajando para mantener los canales de remesas abiertos y salvaguardar el acceso de las comunidades más empobrecidas a esas necesidades básicas”, dijo Malpass.
En el 2019, países con ingresos medios o bajos, también conocidos como “países en vías de desarrollo”, recibieron 554.000 millones de dólares en remesas. En unos 66 de esos países, las remesas representan más del 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En lugares como Haití, Honduras y Nepal, las remesas superan el 20 por ciento del PIB.
Transferencias internacionales
Para Remitly, una compañía de Seattle que ayuda a la gente a enviar dinero al extranjero, la pandemia está rápidamente empujando el cambio hacia las remesas digitales y convirtiendo a los clientes que antes entraban a un banco en usuarios digitales.
El presidente de Remitly, Matt Oppenheimer, dijo que la compañía tiene más de dos millones de usuarios, y que las remesas han sido su “pan con mantequilla” por los últimos nueve años.
“Enviar dinero es un asunto importante, porque tenemos que obtener información de nuestros clientes para cumplir con regulaciones, y por razones de seguridad. Y luego los clientes están básicamente confiando en nosotros con su dinero que tanto les ha costado”, dijo Oppenheimer a Voz de América.
Las transferencias digitales de fondos internacionales frecuentemente significan tarifas más bajas para los usuarios, a la vez que hace el proceso de enviar plata más sencillo que ir a una sucursal bancaria.
Debido a la pandemia, los clientes no pueden ir a los lugares desde donde enviaban dinero. Sin embargo, la necesidad para aquellos que reciben la plata sigue siendo la misma, si acaso no mayor, debido a la actual crisis sanitaria, explicó Oppenheimer.
“Vemos a muchos clientes haciendo el cambio para usar nuestro servicio y otros servicios digitales también. Entonces si miramos de febrero a marzo, por ejemplo, el número de clientes que captamos creció en un 100 por ciento. Fue el doble y eso es impresionante”, agregó Oppenheimer.
Un estudio de las remesas por aplicaciones de teléfonos celulares realizada por la GSMA, la asociación de operadores de telefonía celular, encontró que la tecnología móvil reduce los costos de las remesas en la mitad y ha estado procesando más de 1.300 millones de dólares diarios. En 2018, la industria del dinero móvil agregó un récord de 143 millones de usuarios inscritos.
En 2018, el flujo de remesas hacia los países en vías de desarrollo alcanzó un récord de 529.000 millones de dólares. Las remesas a nivel mundial, que incluyen el flujo hacia países ricos, alcanzaron 689.000 millones, una cifra superior a los 633.000 millones de 2017.
Tras la caída del 20 por ciento en 2020, el Banco Mundial proyecta que en 2021 las remesas a países en vías de desarrollo se recuperarán y crecerán en un 5,6 por ciento, para un total de 470.000 millones de dólares.
Aun así, el más reciente reporte muestra cierto escepticismo, pues indica que se desconoce aún el impacto que la pandemia del coronavirus terminará teniendo en las remesas.
“En el pasado, las remesas han sido anticíclicas, pues los trabajadores envían dinero a casa en tiempos de crisis o dificultades en sus países de origen. En esta ocasión, sin embargo, la pandemia ha afectado a todos los países, creando incertidumbres adicionales”, dice el reporte.