La era de expansión de la población humana podría estar terminando, según un nuevo estudio, con implicaciones mayores para las sociedades, la economía y el medio ambiente.
La población del mundo podría llegar a un tope de 9.700 millones alrededor del año 2064, un aumento de los 7.800 millones actuales, antes de reducirse a unos 8.800 millones a finales del presente siglo, según los cálculos publicados en la prestigiosa revista médica The Lancet.
El estimado del estudio contradice el pronóstico de la División de Población de Naciones Unidas, la cual anticipa que la población mundial en el año 2100 sería de 10.900 millones y en crecimiento.
El jefe de la División de Población de Naciones Unidas, John Wilmoth, calificó la proyección como “extrema”.
Si demuestra ser correcta, sin embargo, las consecuencias de una población en decrecimiento serían enormes.
"Creo que este es uno de los cambios más profundas que jamás ha enfrentado la humanidad”, dijo el co-autor del estudio, Chris Murray, director del Instituto de Métrica de la Salud y Evaluación, de la Universidad de Washington.
Serían excelentes noticias para el medio ambiente. Menos personas generarían menos gases de invernadero y otros contaminantes, por ejemplo. Reduciría la demanda de comida, reduciendo la presión que la agricultura ponen en el suelo y el agua.
Pero volvería loca a la economía.
Las poblaciones en decrecimiento significan menos trabajadores, que a su vez significa un menor Producto Interno Bruto. Significa además menos consumidores, la base de la economía global.
"¿Qué ocurre cuando no tienes gente joven comprando su primera casa, comprando su primer refrigerador, su primer carro?, preguntó Darrell Bricker, co-autor del libro “Un planeta vacío: el Shock Global del Declive Poblacional”. Bricker no estuvo involucrado en el estudio.
También las poblaciones envejecen al reducirse la fertilidad.
"Esto es en realidad más serio que una simple reducción poblacional”, dijo el profesor de sociología de la Universidad de Brown, Zhenchao Qian, quien tampoco participó en la elaboración del estudio.
Una más pequeña fuerza laboral tendría que mantener una mayor población envejecida, señaló Qian, provocando preguntas políticas y fiscales sobre cómo pagar por servicios de salud y seguridad social.
Los declives poblacionales podrían también tener consecuencias geopolíticas. Menos trabajadores también significan menos soldados, señaló Murray.
"La balanza de poderes entre naciones siempre ha estado de alguna forma relacionada al tamaño de la población en edad laboral”, explicó.
Empoderamiento femenino
Las tasas de fertilidad se han venido reduciendo alrededor del mundo debido principalmente a que las mujeres han venido recibiendo más educación y mayor acceso al control de la natalidad.
"Es realmente una historia de empoderamiento femenino”, dijo Bricker, el autor del “Planeta Vacío”.
La principal diferencia entre la nueva proyección y la de Naciones Unidas es lo que esperan ocurra una vez que las tasas de fertilidad lleguen a su punto más bajo.
Las poblaciones se mantienen estables cuando las mujeres tienen un promedio de tan solo dos niños cada una. Los demógrafos llaman esto la tasa de remplazo. En los países más ricos, la tasa de fertilidad promedio actualmente es de un 1,6 por ciento. En Japón, Singapur e Italia es apenas del 1,3 por ciento.
Naciones Unidas asume que la tasa de fertilidad eventualmente aumentará a 1,75 por ciento.
Murray está en desacuerdo.
"No vemos ninguna señal de eso”, dijo. “En lugar, creemos que el fenómeno que estamos empezando a ver en lugares como Japón y Corea y Singapur y partes de Europa, se volverá un fenómeno general”.
Para el 2100, su grupo estima que casi todos los países en el mundo estarán por debajo de la tasa de remplazo. Las poblaciones en 23 países, incluyendo Japón, Tailandia y España, serán la mitad de lo que eran en el 2017. Otros 34 países perderían entre una cuarta parte y la mitad de sus ciudadanos. China se espera pierda un 48 por ciento.
Eso es asumiendo que Murray y sus colegas estén en lo correcto.
“Gran incertidumbre”
Wilmoth, de Naciones Unidas, señala que ambos grupos están basando sus proyecciones en lo que “aún son experiencias tempranas en unos cuantos países. De manera que tengo que confesar que hay mucha incertidumbre al respecto”, afirmó.
"Sabremos mucho más en unos 10 o 20 años”, añadió. “Pero por ahora, estamos especulando hasta cierto punto”.
Si las poblaciones se reducen, Murray dijo que los países tienen tres opciones para mantenerse a flote.
"Una es hacer mucho más fácil que las mujeres trabajen y tengan hijos”, dijo, incluyendo generosas licencias de maternidad y apoyo a las madres que trabajen y tengan hijos pequeños.
Señaló que la mayoría de los países que han implementado estas políticas han encontrado que ayudan: “Pero no traen la fertilidad de regreso a la tasa de remplazo”, agregó.
La segunda opción es abrir sus fronteras a la inmigración.
El sentimiento público es contrario a esta opción en muchas partes de Occidente. La administración Trump, por ejemplo, ha buscado como reducir la inmigración a Estados Unidos. La oposición a la inmigración hacia la Unión Europea ayudó a que triunfara el voto a favor de la salida de Inglaterra de la Unión Europea.
Sin embargo, si las proyecciones de Murray y sus colegas están por lo menos “medio acertadas”, “la migración se volverá una necesidad para todas las naciones y no una opción”, dijo Ibrahim Abubakar, catedrático de la Universidad de Londres, y quien escribió un comentario que acompañó el estudio publicado por “The Lancet”.
Un tercer escenario, “uno que creemos es un riesgo real”, dijo Murray, es que “los países estén tentados a recortar los derechos de las mujeres a la planificación familiar para presionarlas a tener más hijos por el bien de la nación”, una situación a la que llamó “muy indeseable”.
La única excepción a las proyecciones de Murray de decrecimiento poblacional es la región subsahariana en África.
"La educación para las mujeres está aumentando, pero aún está en un nivel muy bajo en muchos países, y está creciendo lentamente”, explicó Murray.
Sin embargo, hay mucha incertidumbre en el largo plazo.
"Las tasas de nacimientos son aún muy altas”, señaló Bricker. “Pero están bajando y la urbanización está empezando a verse ahí, a un paso muy rápido”, lo cual tiende a reducir las tasas de fertilidad.
Por otra parte, Wilmoth, de Naciones Unidas, señala que “hemos consistentemente tenido que aumentar las proyecciones… me preocupa subestimar la futura población de Africa, no sobreestimarla”.