Los analistas están advirtiendo que cambios hechos por China a su ley de tráfico marítimo ayudarán a Beijing a aumentar el control sobre los disputados mares de Asia al legalizar las intercepciones de barcos extranjeros y autorizar multas contra sus operadores.
La junta permanente del Congreso Nacional del Pueblo votó el 29 de abril a favor de enmendar la Ley de Seguridad de Tráfico Marítimo, reportó la agencia de prensa estatal Xinhua.
La ley revisada, como fue divulgada con todos sus artículos en el reporte de Xinhua, dice que los barcos extranjeros que naveguen por aguas bajo la jurisdicción de China deberán obtener un permiso primero.
El Consejo Estatal y otros departamentos del gobierno chino podrían tomar “las medidas necesarias” para detener el paso de embarcaciones extranjeras por “aguas territoriales”, dice la ley, alegando razones de seguridad de tránsito y protección ambiental.
Las tripulaciones de los barcos deben hacer de su parte para proteger el ambiente marino y los capitanes serán responsables de las respuestas de emergencia a cualquier persona a bordo sospechosa de tener alguna enfermedad infecciosa, señala la ley, según Xinhua.
Los violadores pudieran recibir multas de hasta 47.000 dólares.
Las autoridades chinas probablemente intentan usar la ley selectivamente para impedir que los barcos extranjeros evadan el disputado mar de la China Meridional, dicen los expertos. China usa ya a su guardia costera, flotas de pesca y actividades de creación de islas para fortalecer sus reclamos sobre el 90% de ese mar.
“Veo esto como una continuación de la política de China de reafirmar su jurisdicción soberana sobre el mar de la China Meridional, presionando constantemente a los estados que mantienen reclamos y tratando de crear divisiones entre ellos y Estados Unidos”, dijo Carl Thayer, un profesor emérito de la Universidad de New South Wales in Australia.
Brunéi, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam reclaman partes o la totalidad del mar de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, que se extiende desde Hong Kong a Borneo. El área es rica en pesca y reservas submarinas de combustibles fósiles.
Barcos de guerra de Estados Unidos pasaron por el mar 10 veces el año pasado para reflejar la posición de Washington de que la vía está abierta al tráfico internacional, irritando a China una y otra vez. Estados Unidos no tiene reclamos en el mar, pero los analistas dicen que las naciones del Sudeste Asiático y Taiwán buscan apoyo de Washington mientras China expande su marina.
Desde un plano más amplio, los líderes chinos consideran las leyes revisadas como parte de una estrategia para reafirmar sus reclamos sobre el mar de la China Meridional, dice Alexander Vuving, un profesor del Centro Asia-Pacífico Daniel K. Inouye para Estudios de Seguridad, en Hawái. Ellos invocarán la ley “selectivamente” y en “algunos casos” contra barcos del Sudeste de Asia, pronosticó.
Beijing está recurriendo cada día más a sus leyes domésticas para impulsar sus intereses en altamar. El gobierno prohíbe la pesca en el norte del mar en disputa a mediados de cada año para proteger las poblaciones de peces, por ejemplo, y en enero aprobó una Ley de Guardia Costera que autoriza a disparar contra barcos extranjeros. Las autoridades chinas han abordado embarcaciones extranjeras antes de eso, dice Thayer.
China, que se apoya en registros históricos para sus reclamos marítimos, crea pequeños islotes de uso militar para expandirse más. Flotas pesqueras de Vietnam y Filipinas usan gran parte del mar de la China Meridional, mientras que Brunéi, Malasia y Vietnam aprovechan reservas energéticas submarinas.
Revisiones a la ley de seguridad marítima añadirán apoyo a reclamos de China en el mar de la China Meridional y en el mar de la China Oriental, donde el gobierno disputa una cadena de islotes con Japón y Taiwán, dijo Andrew Yang, secretario general del centro de estudios Chinese Council of Advanced Policy Studies.
Sin embargo, todo esfuerzo para “respaldar la legitimidad” deteniendo a barcos registrados en el extranjero incrementará la fricción con las partes rivales, señaló.
“No creo que vayan a detener deliberadamente a barcos extranjeros, pero sí calcularán los riesgos e intereses para emprender las medidas necesarias”, dijo Yang.
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