Expertos de Defensa consideran que las maniobras militares chinas en el mar de la China Meridional están dirigidas a poner a prueba la política de la administración de Joe Biden hacia Beijing.
Las maniobras de tres días, que comenzaron el miércoles, tienen lugar poco después de que EE.UU. envió un grupo naval con portaaviones a esa área marítima en disputa para “operaciones de rutina y promover la libertad de los mares”, según un comunicado del Comando Indo Pacífico.
Timothy Heath, un experto de defensa del centro de estudios Rand Corporation, dijo al servicio en mandarín de la Voz de América que Beijing está enviando una señal temprana a la administración del presidente Joe Biden.
“Esto parece ser parte de un esfuerzo más amplio de China para señalar su determinación de mantener o escalar políticas de confrontación, si eso es lo que quiere Biden”, explicó Heath.
Una marina china en aumento
La Marina de China ha crecido con rapidez en los últimos años y está alterando el balance de poderes militares en la región del oeste del Pacífico.
De acuerdo con una revisión anual del poderío militar de China por el Departamento de Defensa de EE.UU., China ha logrado igualar o, incluso, superar a Estados Unidos en varias esferas de modernización militar.
“China tiene ahora la Marina más grande del mundo, mayor que Estados Unidos, y está llena de nuevos submarinos, destructores y anfibios de tecnología avanzada”, dijo a la VOA Craig Singleton, un miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
En comparación, “la Marina estadounidense se está reduciendo, los barcos son viejos, y cuesta mucho dinero construir nuevos barcos”, añadió.
Según el Departamento de Defensa, China fue el principal fabricante de barcos por tonelaje en 2020. La Marina china tiene ahora una fuerza de batalla de unos 350 barcos y submarinos. En comparación, la Marina de EE.UU. era de unos 239 barcos a principios de 2020, indica la revisión anual.
Bryan Clark, un experto en operaciones navales y competencias militares del Instituto Houston, dijo al servicio en mandarín de la VOA que una marina china más grande presenta un mayor desafío a Estados Unidos.
“Esto implica que a la Marina de EE.UU. le será más difícil defender a sus socios y aliados, porque el Ejército Popular de Liberación va a tener muchos barcos para tomar el control en áreas alrededor de Taiwán y las islas Senkaku”, explicó.
China considera a Taiwán como una provincia renegada y hace referencia a la historia para reclamar las islas Senkaku, actualmente controladas por Japón, pero reclamadas también por Taiwán.
En julio pasado, la administración Trump rechazó casi todas las reclamaciones marítimas de China en la región. Esto cambió la política estadounidense anterior que había sido insistir en que las disputas entre China y sus vecinos fueran decididas en arbitrajes por resoluciones de Naciones Unidas.
En esa ocasión, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que “el mundo no permitirá a Beijing que trate al mar de la China Meridional como su imperio marítimo”.
Sin embargo, las ambiciones navales de China no se limitan al Océano Pacífico. Los observadores dicen que la flota china está también activa en el Océano Índico y en los mares Mediterráneo y Báltico.
Un informe divulgado por el Departamento de Defensa a fines de 2019 reveló que “ha habido más desplazamientos globales de China en los últimos 30 meses, que en los últimos 30 años”.
“China sobrepasó todas las expectativas de los planificadores de seguridad de Estados Unidos con su exitosa fabricación y desplazamiento de la mayor flota marítima del mundo en sólo 20 años”, dijo Toshi Yoshihara, coautor de un reporte divulgado este mes por el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias.
Mantener la competencia
En diciembre, la administración Trump anunció un nuevo plan de fabricación marítima de 30 años concebido para mantener el potencial de la marina.
El plan contempla acelerar la producción de las fragatas de la clase Constellation y de los submarinos.
Un comunicado del Departamento de Defensa dijo que la flota llegaría a 405 barcos dentro de 30 años.
Los analistas, sin embargo, manifiestan escepticismo en cómo Washington va a pagar por la expansión. En sus audiencias de confirmación, el nuevo secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, respondió a una pregunta sobre si respaldaba el plan de producción de barcos diciendo que estaba abierto a discusiones.
"Creo que es importante que mantengamos el potencial que necesitamos para ser relevantes, no sólo en la actualidad, sino también en el futuro”, explicó Austin. “Buscaré trabajar con los líderes de la fuerza naval para comprender mejor cómo vamos a respaldar esos requisitos”.
Al anunciar a principios de este mes un plan de 10 años para la Marina, el jefe de Operaciones Navales, Mike Gilday, dijo que Washington necesita comprender la urgencia del asunto.
"No pretendo parecer dramático, pero creo que la fuerza naval pierde el liderazgo si nos salimos de curso y no centramos los esfuerzos en las cosas en las que necesitamos estar enfocados, en cuanto a disposición para el combate, capacidad y marineros. Quizás no podamos recuperarnos en este siglo, basado en la trayectoria en que los chinos están ahora”, dijo Gilday.