A todos nos ha llegado ese mensaje en el grupo de Whatsapp familiar. Una nueva modalidad de robo, un desastre natural inminente o un complot de cierto partido político.
Aunque ahora la aplicación avisa cuando un mensaje es reenviado, las cadenas son un vehículo común para la transmisión de noticias falsas (o fake news). La popularidad de la aplicación, explicó a la Voz de América, Desirée Yépez, periodista del medio ecuatoriano Ecuador Chequea, amplifica el alcance que la información falsa puede llegar a tener.
Según datos del portal Messenger People, el 60% de los latinoamericanos usan Whatsapp para comunicarse, por encima de otras aplicaciones como Facebook Messenger o incluso mensajes de texto.
“Whatsapp es como fueron en su momento las cadenas de Hotmail”, dijo Yépez, un “mecanismo de comunicación masivo” que en la región se ha convertido en una vía “determinante de información”.
Los contenidos falsos que se difunden a través de Whatsapp pueden ser textos, videos y hasta audios. Sin embargo, Yépez, cuyo medio se dedica al chequeo de información, ha identificado que suelen tratarse de mensajes poco específicos que no delimitan cuándo ocurrió o va a ocurrir el hecho que se menciona. De esta manera, el mismo mensaje se puede replicar en varios países.
Buscan, por lo general, crear “caos y desestabilización” y se exacerban en “procesos electorales y en desastres naturales”, dijo la periodista.
Quienes más han utilizado estas plataformas para enviar noticias falsas y desinformar son las agencias gubernamentales y los partidos políticos de algunos países, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Oxford. El Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional encontró que Whatsapp fue la principal plataforma usada para la difusión de fake news en Brasil, Ecuador y México en 2017.
Las redes sociales son “particularmente efectivas para alcanzar a un gran número de personas mientras y a la vez apuntar a los individuos con mensajes personalizados”, explican los investigadores. Whatsapp es una combinación perfecta entre ambas cosas: permite reenviar mensajes —aunque ahora de manera limitada—y es a la vez una plataforma “muy íntima”, dijo a la Voz de América Aimee Rinehart, de First Draft News, una ONG dedicada a combatir la desinformación online.
Los mensajes llegan, por lo general, a través de “personas que conoces, cuando conoces a alguien confías más en él o ella”, continuó Rinehart, quien trabajó en Comprova, un proyecto de chequeo de información creado para las elecciones presidenciales en Brasil el año pasado.
A diferencia de Twitter o Facebook, Whatsapp no funciona con un algoritmo que sugiere contenido a los usuarios. No es una red social sino una aplicación de mensajería y las personas leen todo lo que les llega a la plataforma. También, explicó Rinehart, el contenido viene descontextualizado —un video o una foto sin texto—lo que deja mucho espacio para la interpretación.
En México o Colombia se han presentado casos extremos en los que las informaciones falsas difundidas a través de Whatsapp han provocado muertes por linchamiento. En noviembre del año pasado, por ejemplo, dos hombres fueron quemados vivos por una multitud en San Vicente del Boquerón, Puebla, porque los habitantes pensaron que se trataban de unos supuestos secuestradores de menores de los que se les había advertido en una cadena de Whatsapp.
Además del límite al reenvío de mensajes —ahora un mismo mensaje solo se puede reenviar cinco veces—, Whatsapp también decidió marcar los mensajes reenviados para controlar la diseminación de las fake news.
Sin embargo, estas reglas no aplican a todos los países, explicó Rinehart, lo que provoca que se puedan difundir contenidos en Brasil, por ejemplo, desde un teléfono en Estados Unidos. “La aplicación necesita funcionar del mismo modo en India, Estados Unidos, Brasil…”, dijo la comunicadora.
Para Yépez los intentos de Whatsapp no responden a una “estrategia integral” contra las noticias falsas. “No es una estrategia macro que responda a la educación de contenido en internet”, dijo la periodista, “si no se suman a una estrategia de los grandes medios en internet puedes resultar aislado”.
Mientras se llega a una solución por parte de las plataformas, dijo Yépez, los medios de comunicación tienen “la responsabilidad de educar” a sus audiencias sobre cómo acercarse a la información en internet.
Ecuador Chequea, por ejemplo, habilitó una línea de Whatsapp para que los ciudadanos puedan enviar las cadenas que les llegan y el medio compruebe si se trata de una información veraz o no.
Por lo general, las fake news, tienen “imágenes alteradas, están mal escritas, contienen audios trucados, faltas de ortografía y hacen énfasis en hechos inverosímiles”.
Los usuarios también pueden usar herramientas como la búsqueda inversa en Google Imágenes: subiendo el archivo de la foto que haya llegado por Whatsapp y ver si en los resultados hay algún artículo de un medio de comunicación confiable que tenga la misma información.
Rinehart recomienda escuchar el instinto: “Si algo es demasiado bueno para ser verdad o va con mis creencias” es mejor desconfiar.