La región del noreste de Estados Unidos está en la trayectoria del huracán Lee, que amenaza con azotar este fin de semana después de varios días de clima inconsistente en la región que desató lluvias torrenciales, inundaciones, socavones y un probable tornado.
Una alerta de huracán se extiende desde Stonington, Maine hasta la frontera entre Estados Unidos y Canadá, donde son posibles condiciones de huracán, fuertes lluvias e inundaciones costeras el viernes por la noche y el sábado, dijo el Centro Nacional de Huracanes el miércoles por la noche.
Áreas desde Watch Hill, Rhode Island, hasta Stonington, Maine, incluidas Block Island, Martha's Vineyard y Nantucket, están bajo vigilancia de tormenta tropical. También se emitió una alerta de marejada ciclónica para la Bahía de Cape Cod y Nantucket con la posibilidad de inundaciones potencialmente mortales allí el viernes por la noche y el sábado.
La inminente llegada del huracán amenaza con desatar tormentas más violentas en una región que a principios de la semana vio caer 25 centímetros de lluvia durante seis horas y el miércoles vio comunidades en Massachusetts y Rhode Island lidiar con advertencias de tornado y más precipitaciones que abrieron socavones y provocaron inundaciones devastadoras en varias zonas.
El Servicio Meteorológico Nacional de Boston dijo que datos de radar y videos mostraron que era probable que un tornado dañara árboles y líneas eléctricas en Rhode Island y Connecticut el miércoles.
En Lincoln, Rhode Island, fotografías posteriores a la tormenta mostraban al menos un techo dañado y el palco de la prensa en el estadio de una escuela secundaria inclinado hacia las gradas.
El gobernador de Rhode Island, Dan McKee, dijo en las redes sociales que el centro de operaciones de emergencia del estado se activó y estaría monitoreando los cambios en las condiciones climáticas en los próximos días.
En North Attleborough, Massachusetts, que se vio afectada por fuertes inundaciones el lunes por la noche, y 24 horas más tarde la gobernadora estatal, Maura Healey, emitió un estado de emergencia tras las “inundaciones repentinas catastróficas y daños a la propiedad” en dos condados y otras comunidades.
El aguacero torrencial ocurrido en un período de seis horas a principios de semana fue un "evento de 200 años", dijo Matthew Belk, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Boston.
Healey dijo el miércoles que la agencia de manejo de emergencias del estado está observando el clima y está preparada para ofrecer asistencia. El estado está monitoreando las condiciones de las represas, dijo, e instó a los residentes a tomar en serio las advertencias de inundaciones y a mantenerse alejados de las carreteras cuando se les ordene.
La lluvia creó varios socavones en Leominster, Massachusetts, incluido uno en un concesionario donde arrastraron varios automóviles. En Providence, Rhode Island, los aguaceros inundaron un estacionamiento y partes de un centro comercial. Los bomberos utilizaron botes inflables para rescatar a más de dos docenas de personas varadas en automóviles.
Después de un día seco, el miércoles por la tarde volvió a llover en Leominster. Partes de Massachusetts y Rhode Island estaban bajo advertencia de inundación repentina.
Horas antes, hubo fuertes aguaceros en Danbury, Connecticut, donde las autoridades dijeron que tuvieron que rescatar a varias personas de vehículos atrapados en las aguas.
La lluvia del huracán Lee no contribuyó a las inundaciones de principios de esta semana, pero el huracán se desplaza hacia el norte y podría tocar tierra en Nueva Escocia, Canadá, posiblemente como tormenta tropical, dijeron los meteorólogos.
“El terreno está saturado. Ya no puede absorber más”, dijo el miércoles el alcalde de Leominster, Dean Mazzarella, en una conferencia de prensa.
La región ha experimentado su parte de inundaciones este verano, incluida una tormenta que arrojó hasta dos meses de lluvia en dos días en Vermont en julio y provocó dos muertes.
Los científicos están descubriendo que las tormentas en todo el mundo se están formando en una atmósfera más cálida, lo que hace que las lluvias extremas sean una realidad cada vez más frecuente.
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