Corea del Norte ha ordenado continuar los lanzamientos de cohete pese a que Estados Unidos y sus vecinos lo consideran como una provocación.
De acuerdo a la agencia de noticias oficial de Corea del Norte, el gobernante Kim Jong Un, dijo que el lanzamiento del 7 de febrero fue un “golpe fenomenal a los enemigos que pretenden bloquear el progreso” de su país, e hizo un llamado para que aumenten los lanzamientos de satélites en el futuro.
Sus palabras fueron parte del discurso pronunciado durante un banquete en honor de los científicos, funcionarios y otras personalidades que contribuyeron al lanzamiento, el cual siguió a la cuarta prueba nuclear de Corea del Norte, registrada el mes pasado.
Las acciones norcoreanas han agravado las de por sí tirantes relaciones entre Pyongyang y Seúl.
La semana pasada, Pyongyang expulsó a todos los trabajadores surcoreanos de un parque industrial de administración conjunta en el norte y puso la zona a cargo de las fuerzas militares en represalia por la decisión de Seúl de suspender las actividades en ese lugar.
Seúl acusó el domingo a Corea del Norte de haber canalizado alrededor del 70% de los recursos que recibió por concepto de los trabajadores en el parque fabril Kaesong hacia su programa armamentista y a la compra de artículos de lujo para la reducida elite de la empobrecida nación.