La decisión del presidente Donald Trump de sentarse a conversar con el líder norcoreano Kim Jong Un no sorprendió al alto mando del ejército de Estados Unidos, aunque no guarda demasiadas expectativas.
El Pentágono dijo el viernes que el secretario de Defensa, Jim Mattis, estuvo en contacto con la Casa Blanca y participó en la decisión de aceptar la oferta del líder norcoreano.
Pero los oficiales militares también dijeron que la decisión de hablar con Corea del Norte no debe confundirse con un debilitamiento de la voluntad de propósito de EE.UU.
"El [Departamento de Defensa] continuará apoyando la campaña de máxima presión global contra Corea del Norte", dijo un portavoz del Pentágono, refiriéndose a las crecientes sanciones económicas que se han impuesto contra Pyongyang por sus armas nucleares y programas de desarrollo de misiles.
"La campaña de máxima presión claramente está teniendo un impacto", agregó.
Continuarán ejercicios
Como parte del acuerdo para reunirse, Kim Jong Un acordó que los ejercicios militares rutinarios entre EE.UU. y Corea del Sur continuarán como está previsto el próximo mes. El Norte generalmente protesta por los ejercicios, que Pyongyang ve como preparativos para una invasión.
A pesar de esa aparente concesión, existen dudas sobre si las sanciones dirigidas contra Corea del Norte han tenido suficiente impacto en su gobierno como para hacer que Kim quiera comenzar las negociaciones en serio.
"Obviamente, somos cautelosamente optimistas de que hay un avance", dijo Mattis a los periodistas esta semana, luego de una reunión con el ministro de Defensa de Estonia en el Pentágono.
"Pero hemos sido optimistas antes, así que vamos a tener que fijarnos en las acciones y ver si coinciden con las palabras", dijo.
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos también expresaron escepticismo desde que se supo que Corea del Norte podría estar preparada para sostener conversaciones con Washington.
"La esperanza es eterna, pero tenemos que obtener mucha más información en relación con estas conversaciones", dijo el martes el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, a la Comisión de Servicios Armados del Senado durante una audiencia sobre amenazas globales.
Sentado junto a Coats, el jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa también buscó aplacar cualquier expectativa.
‘Muéstrame lo que hay'
"En este momento, no comparto su optimismo", dijo el Teniente General Robert Ashley a uno de los senadores en respuesta a una pregunta. "Es una especie de 'muéstrame', y entonces veremos qué pasa".
Una de las preguntas clave para muchos funcionarios es qué tan lejos está dispuesto a ir Kim Jong Un. Hasta ahora, ha habido pocas señales de la propia Pyongyang, que recurrieron a los funcionarios surcoreanos para entregar la oferta de conversaciones a los EE.UU.
Otros funcionarios de inteligencia también han advertido sobre la necesidad de tratar cualquier oferta del líder norcoreano con cautela.
Cuando la Casa Blanca se apresuró a cuestionar públicamente la estabilidad mental de Kim y ridiculizar sus fanfarronadas, la inteligencia estadounidense remarcó que consideran a Kim como un "actor muy racional" que ha mostrado repetidamente una "claridad de propósito" a través de sus acciones.
"Para algunos, probar armas nucleares mientras su gente se muere de hambre no es racional", le dijo anteriormente un funcionario de inteligencia de EE.UU. a la Voz de América. "Pero cuando crees que esas armas son fundamentales para tu supervivencia, no es tan irracional".
Y ha habido preocupaciones crecientes de que Kim no está contento de usar sus armas nucleares y programas de misiles para la mera supervivencia.
'Para fines coercitivos'
"Lo que es importante reconocer es que Corea del Norte está tratando de obtener estas armas nucleares, no solo para fines defensivos como algunas personas piensan, sino realmente con fines coercitivos, con fines ofensivos, y el mundo tiene que reconocer eso", dijo a la VOA el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R. McMaster, a principios de este año.
Y así también, la última Evaluación de Amenazas a Nivel Mundial de EE.UU., divulgada el mes pasado, arroja dudas sobre la idea de que Kim está dispuesto a renunciar al arsenal nuclear de su país.
"El compromiso de Pyongyang de poseer armas nucleares y desplegar misiles de largo alcance, todo mientras reiteradamente afirma que las armas nucleares son la base para su supervivencia, sugiere que el régimen no tiene la intención de negociarlas", dijo el informe de inteligencia.
"Es probable que Corea del Norte siga adelante con más pruebas en 2018", dijo, haciendo referencia a las amenazas del ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte de llevar a cabo una prueba nuclear atmosférica sobre el Océano Pacífico.
El director de la Agencia Central de Inteligencia, Mike Pompeo, también advirtió que Corea del Norte probablemente esté a solo meses de poder atacar a Estados Unidos con un misil con armas nucleares.
"Creemos que Kim Jong Un, dadas todas estas herramientas, las usaría para cosas más allá de la simple protección del régimen", advirtió Pompeo durante un discurso en enero.
"Considérenlo coercitivo, la forma en que Kim Jong Un está preparado para usar estas armas nucleares", dijo Pompeo, describiendo el objetivo final del líder norcoreano como "la reunificación de la Península [coreana] bajo su autoridad".