La división partidista de un panel del Senado quedó resaltada en la elección del fiscal general del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, William Barr, quien fue elogiado y criticado el miércoles por un panel de expertos legales, líderes de derechos civiles y otros testigos en el Capitolio.
La principal demócrata del Comité Judicial del Senado, Dianne Feinstein de California, expresó sus persistentes dudas sobre el compromiso de Barr para hacer público el próximo informe del fiscal especial Robert Mueller sobre los contactos entre el círculo interno de Trump y Rusia, así como la interferencia de Moscú en la contienda presidencial de 2016.
"Creo que es esencial que el Congreso y el pueblo estadounidense sepan lo que está en el informe Mueller", dijo Feinstein. "Espero que ese informe se haga público, y mi voto [sobre la nominación de Barr] depende de eso".
Por el contrario, el presidente del comité, el republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham, no tuvo sino elogios para el candidato, cuyo largo currículum legal incluye un período previo como fiscal general durante el gobierno de George H.W. Bush.
"No creo que [el fiscal especial Robert] Mueller esté involucrado en una cacería de brujas", dijo Barr, y agregó que éste solo podría ser rescindido por una buena causa y que "es inimaginable" que Mueller haría "cualquier cosa que diera paso a una" causa para que eso suceda.
Los demócratas y algunos republicanos han temido durante mucho tiempo que Trump intente cerrar la investigación de Rusia, que Barr supervisaría si se confirma como el principal funcionario judicial de Estados Unidos.
El panel del miércoles proporcionó puntos de vista muy diferentes sobre Barr y sobre si debía regresar al Departamento de Justicia.
"No conozco a ningún candidato que haya tenido sus antecedentes y sus credenciales para este trabajo", dijo Michael Mukasey, quien se desempeñó como fiscal general durante el gobierno de George W. Bush. "Literalmente ha hecho todo lo que alguien podría haber hecho, incluso servir como fiscal general, para prepararse. Es un hombre honorable, decente e inteligente".
Los líderes de derechos civiles, por su parte, expresaron alarma."Durante los últimos dos años, el Departamento de Justicia ha sido dirigido por un fiscal general [Jeff Sessions] con la intención de restringir los derechos civiles y humanos en todo momento", dijo el gerente general de National Urban League, Marc Morial.
"Esta nación necesita un fiscal general que cambie drásticamente el curso y haga cumplir las leyes de derechos civiles con vigor e independencia", añadió.
Morial dijo que: "sobre la base de su historial alarmante, estamos convencidos de que William Barr no lo hará. Está claro que el Sr. Barr tiene la intención de seguir al señor Sessions por la misma hoja de ruta regresiva y contraria a los derechos civiles".
Los académicos no estaban de acuerdo sobre cómo la visión expansiva de Barr de la autoridad ejecutiva pueda influir sus decisiones como fiscal general.
"La teoría del poder presidencial del señor Barr es fundamentalmente inconsistente con nuestra Constitución y es profundamente peligrosa para nuestra nación", advirtió el profesor de derecho de la Georgia State University, Neil Kinkopf.
"El fiscal general trabaja en nombre de la constitución, no del presidente. Sé que Bill Barr entiende esa distinción", dijo el profesor de derecho de la Universidad George Washington, Jonathan Turley.
"Ha mantenido esa posición a lo largo de toda su carrera. Es un nerd de la ley. Debería saberlo, porque soy un nerd de la ley", dijo el profesor.
Un testigo llegó con una súplica con respecto a la violencia con armas de fuego en Estados Unidos. Tres familiares de la Reverenda Sharon Risher fueron asesinados en el tiroteo en una iglesia en Charleston, Carolina del Sur, en 2015, que se cobró la vida de nueve fieles.
"Espero que él [Barr] tenga como prioridad prevenir la violencia con armas de fuego y trabajar con el Congreso para actualizar nuestras leyes y cerrar las lagunas que permiten que las armas lleguen a las manos equivocadas", dijo Risher. La confirmación de Barr es considerada probable por el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría de 53-47.