El parlamento catalán aprobó la norma que prohíbe, a partir del 2012, las corridas de toros en la región de Cataluña. La medida fue aprobada en una cerrada votación de 68 sufragios a favor, 55 en contra y 9 abstenciones.
La medida es tan polémica y de tales dimensiones, que se podría comparar con la prohibición del béisbol para los estadounidenses o del fútbol para los latinoamericanos.
La fiesta brava es una de las expresiones culturales más autóctonas de la cultura española y la medida ha desatado todo tipo de reacciones.
Por siglos, las corridas de toros han despertado grandes pasiones y toda una corriente cultural alrededor de la vida social de ese país. Pero hoy, los defensores de los derechos de los animales ganaron una batalla que en España siempre se creyó perdida.
Para muchos españoles, esta tradición dañaba la imagen del país y ven con buenos ojos la nueva medida.
“Ya era hora que se tomara una acción como esta. Era una vergüenza para nuestro país que siguiéramos celebrando nuestras fiestas de esta forma”, dijo Susana Zomoza.
Sin embargo, los partidarios de las corridas de toros también tienen argumentos para defender su existencia.
Javier Saez, asegura que esta es una “tradición muy antigua y es parte importante de la cultura española”.
La Iniciativa Popular Legislativa (ILP), que pedía el veto de la lidia, ha sido promovida por la plataforma Prou! (¡Basta!) en defensa de los animales, mientras que el espectáculo taurino como manifestación artística tradicional es uno de los argumentos más generalizados entre sus defensores.
Aunque la medida es parcial, pues la región sólo tiene programadas 15 corridas al año, la decisión no tiene precedentes.
Los defensores de animales aseguran que las corridas son una forma muy cruel de asesinar toros, mientras que para otros es una forma de diversión.