Es falso que la elección presidencial de Estados Unidos en 2020 fuera “robada” o el fraude generalizado como dijo el ex presidente Donald Trump luego de ser llamado ante la justicia el pasado jueves.
Al buscar desestimar las acusaciones de que intentó revertir las elecciones en las que perdió ante Joe Biden, Trump escribió en mayúsculas en su red Truth Social el pasado 03 de agosto:
“Ahora voy a Washington, D. C. para ser detenido por haber desafiado una elección corrupta, amañada y robada. Es un gran honor, porque estoy siendo detenido por ustedes. ¡¡¡Haga América grande otra vez!!!”.
Momentos antes de rendir cuentas ante la justicia, donde se declaró inocente, Trump escribió también: “Biden y su familia roban millones y millones de dólares, incluidos sobornos de países extranjeros, y me dirijo a DC para ser detenido por protestar por una elección torcida…”
La primera declaración en la red social impulsada por Trump cuenta con más de 49.000 me gusta, más de 8.000 comentarios y supera los 15.000 réplicas. Mientras, la segunda en Truth Social ha obtenido más de 48.000 me gusta, tiene más de 5.000 comentarios y suma más de 14.000 compartidos.
Autoridades de EEUU frente a la elección
Aunque Trump, actual aspirante a la presidencia de EEUU, ha dicho reiteradamente que la elección fue “robada”, “amañada” y hasta “torcida”, distintas autoridades estadounidenses han confirmado desde 2020 que no existe evidencia de tales señalamientos.
Poco después de la elección donde ganó el presidente Joe Biden, miembros del Comité Ejecutivo del Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral (GCC) informaron en una comunicación oficial que la elección fue la “más segura de la historia de EEUU”.
En el reporte, donde participó la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), se indicó también que “no hay evidencia de que ningún sistema de votación eliminó o perdió votos, cambió votos o se comprometió de alguna manera”, como ha señalado reiteradamente el ex presidente Trump en declaraciones que lo mantienen en un proceso legal.
Un equipo de periodistas de The New York Times consultó a funcionarios electorales de varios estados quienes señalaron que "no había pruebas de fraude" o de "irregularidades" que influyeran en el resultado total.
The Associated Press realizó una investigación de varios meses de análisis de resultados de más de 300 oficinas electorales donde se encontraron menos de 475 “posibles casos de fraude electoral”, los que dice no podrían cambiar el resultado total de la elección.
En junio de 2022, el fiscal general William Barr del Departamento de Justicia dijo en una entrevista que no había pruebas para investigar evidencia de fraude electoral general que pudiera cambiar el resultado de las elecciones en donde perdió Trump.
Aunque buscó intentar anular la elección legalmente, la Corte Suprema desestimó la petición, revela el Centro Nacional de la Constitución.
Para 2023, un informe de The Washington Post reveló que Trump solicitó a una firma de investigación realizar indagatorias para probar sus afirmaciones de fraude electoral, sin embargo no se publicaron los hallazgos.
Especialistas frente a discurso de Trump
Las declaraciones reiteradas de Trump de una “elección robada” datan incluso desde 2016, señala The Washington Post.
El politólogo de la Universidad de Chicago John Mark Hansen explicó en un artículo para The New York Times que existían pocas probabilidades en estadísticas para cometer un fraude en la elección de 2020.
La elección donde ganó Biden no se trataba de fraude, sino de democracia, afirmó el experto.
“Un fraude de la escala suficiente para afectar una elección presidencial, o siquiera lograr una remontada en un estado, requeriría planeación, coordinación, buena suerte y una alta tolerancia al riesgo. Las probabilidades de lograrlo con éxito son sumamente escasas”, escribió.
De acuerdo a un análisis del Centro Brennan para la Justicia, un instituto de leyes y políticas no partidista de EEUU que trabaja con profesores y estudiantes de la facultad de derecho de Nueva York, es muy raro que se configure un fraude en una elección, ya que en muchos casos presuntas estafas suelen ser errores de votantes o administradores.
Un estudio de 2007 demostró que “la mayoría de las denuncias de fraude resultan ser infundadas y que las pocas denuncias restantes revelan irregularidades y otras formas de mala conducta electoral”.
En 2017 también el centro enlistó varios estudios que aseguran que el fraude generalizado electoral es “poco común” y no ocurre al grado de “manipular” una elección.
Otro reporte de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS por sus siglas en inglés), una revista revisada por expertos de la Academia Nacional de Ciencias (NAS), destaca que “no hay evidencia de un fraude electoral sistemático” en las elecciones de 2020.
Seguidores de Trump propagan idea de “fraude”
Pese a que existen autoridades y especialistas que se han pronunciado en que no se cometió un fraude electoral generalizado, análisis han evidenciado cómo los seguidores de Trump han propagado la idea falsa de un “robo” de elecciones.
Las falsas creencias sobre elecciones no son un “mero fenómeno marginal”, reveló una investigación de Misinformation Review de la escuela de Harvard Kennedy School.
En el análisis para el que encuestaron a más de 1,600 personas encontró que la mayoría de los votantes de Trump, particularmente aquellos que tenían más conocimientos políticos y seguían más de cerca las noticias electorales, contaban con la creencia falsa de que el fraude electoral estaba generalizado y que Trump “ganó las elecciones”.
El reporte menciona también que “a pesar de la falta de evidencia significativa de fraude electoral sistemático, la mayoría de los votantes de Trump cree que el fraude es común en las elecciones estadounidenses (>77 %) y que Trump ganó las elecciones de 2020 (>65 %)”.
Por otro lado existe otro estudio que analizó cómo las creencias de un fraude electoral aumentan, cuando se detecta que el candidato preferido pierde.
Un artículo especializado de la revista Nature Human Behavior, sobre investigaciones del comportamiento humano, en el que se encuestó a 1,642 estadounidenses durante el conteo de votos de 2020, expone cómo es que las tendencias frente a un posible fraude se posicionan.
“Las creencias de fraude de los participantes aumentaron cuando su candidato preferido perdió y disminuyeron cuando ganó, y ambos efectos escalaron con las preferencias partidistas, demostrando asimetría partidista (efectos de deseabilidad”, destaca el análisis.
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