Si aun está planeando asistir al Mundial 2010 y no ha comprado los pasajes, este es mi consejo: cómprese la mejor televisión y suscríbase a un buen plan de cable.
Ya no hay pasajes módicos, el más barato cuesta unos $3.500 dólares. Y no intente burlar las normas del capitalismo intentando ahorrar $300 dólares embarcándose en una ruta de esas que lo pone a dormir en algún aeropuerto y con altos riesgos de perder su conexión.
Mucho menos siga los consejos de los amigos que le escriben a las tres de la mañana diciéndole que hallaron la ruta secreta: “nos vamos de aquí a Ciudad de México, de allí a Bogotá y de Bogotá en auto a San Pablo y nos bajamos en casa de un primo…”. En esta época no hay primos, no hay familiares, no hay amigos y mucho menos pasajes.
Las empresas American y United Airlines ofrecen pasajes que van desde los $4.000 a los $10.000 dólares, esto no incluye hotel, ni transporte, ni comida. Otras empresas ofrecen precios que van desde $3.500 a $8.000 dólares ida y regreso.
Entiendo y lo felicito por su positivismo, pero si usted cree que puede ir a la inauguración el 11 de junio, olvídese.
Si es afortunado y ya tiene el boleto en la mano, le recuerdo que el vuelo desde Atlanta o desde Buenos Aires a Johannesburgo es de 16 horas, sin escala.
El mundial es una fiesta en todos los sentidos y si no separó su cupo y su hotel, hágame caso, aproveche las ofertas y busque el último modelo en televisor de pantalla plana, compre un buen paquete de un canal deportivo, aliste sus cervezas y disfrute de los partidos.