Un comisión legislativa nicaragüense aseguró en un informe presentado a la Asamblea Nacional que víctimas de las protestas que estallaron en el país en 2018 “demandaron justicia para con los religiosos y directores de organizaciones de Derechos Humanos”, que el gobierno ha acusado de ser cómplices de la oposición.
Entre los funcionarios del gobierno nicaragüense consultados por la Comisión de Justicia del Parlamento se encuentran comisionados policiales, fiscales e incluso diputados oficialistas, los cuales la oposición ha señalado como partícipes de la represión del gobierno de Daniel Ortega.
Los sacerdotes y obispos de Nicaragua han criticado a la administración del presidente Daniel Ortega por la represión de las protestas del 2018, que dejó más de 300 muertos, según organizaciones de derechos humanos.
“Lo que se hizo fue un proceso de consulta donde asistieron representantes de instituciones del gobierno", explicó el diputado Álvaro Rivera, vicepresidente de la Comisión de Justicia del Parlamento, a la Voz de América.
A la consulta "asistieron supuestas víctimas", dijo Rivera. "Así les llamo yo porque las [víctimas] que llegaron nada más son los afines al gobierno”, agregó.
La comisión legislativa sugirió reformas a las normas jurídicas tras revisar un combo de leyes aprobadas por la Asamblea Nacional en 2020, entre las cuales se encuentran la Ley de Agentes Extranjeros, la Ley de Soberanía y la Ley de Ciberdelitos, bajo las cuales se encarcelaron a la mayoría de opositores.
La Asamblea Nacional aprobó el informe la semana pasada y anunció que creará una comisión interinstitucional para reformar las leyes.
La Iglesia responde
La iglesia se convirtió en el 2018 en un refugio para los manifestantes que utilizaron los templos para protegerse de la represión del Estado, según organizaciones de derechos humanos, razón por la cual Ortega ha tildado a los sacerdotes de ser partícipes de un supuesto intento de golpe de Estado en su contra.
Ante los señalamientos, la Iglesia no se ha referido de forma directa, sin embargo algunos sacerdotes críticos a Ortega pidieron que se rezara por ellos en sus homilías.
El obispo de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, quien se encuentra de momento en la iglesia Santa Agatha, en Miami, mencionó que “más allá de las amenazas de quienes odian a la Iglesia, hay una mano fuerte que la guía y la protege”.
“La mano de Jesús, que sostiene a la Iglesia, es más fuerte que las calumnias y la persecución que se desatan contra ella. La Iglesia puede parecer débil, pero no lo es. No tengamos miedo. Estamos en buenas manos”, dijo Báez.
En tanto monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, subrayó en una homilía reciente que cuando se realizan denuncias de "pecado e injusticia" puede haber personas que se incomoden, pero -dijo- el reto debe ser seguir adelante.
“Cuando ustedes anuncian la esperanza y el amor de Dios en sus comunidades, pero también denuncian en el pecado y la injusticia puede haber gente que digan lo mismo de ustedes. ¿Quién puede admitir esas palabras que son muy duras e intolerables? Ya saben entonces que si alguien dice eso de ustedes, primero lo dijeron de Cristo. Si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros?”, mencionó en una homilía.
La Iglesia católica de Nicaragua ha sido un bastión de resistencia contra el presidente Daniel Ortega, que ha desmantelado toda pizca de protesta en su contra encarcelando a líderes opositores y prohibiendo cualquier tipo de manifestación.
[Con información de Daliana Ocaña, de VOA, desde Managua]
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.