Desde 15 días antes de las elecciones presidenciales y legislativas del 7 de noviembre en Nicaragua, un equipo periodístico del medio hondureño El Heraldo tenía planificado estar en Managua para comenzar a reportar el ambiente preelectoral en el país vecino.
Un fotógrafo, un reportero y un conductor pretendían llegar a Managua el 26 de octubre para su cobertura al proceso electoral, el cual ha sido cuestionado por la comunidad internacional por la posible reelección de Daniel Ortega, tras el encarcelamiento a los principales precandidatos presidenciales y líderes de oposición.
Sin embargo, no fueron bien recibidos. “No son bienvenidos a Nicaragua y por favor, se van, se retiran inmediatamente”, les dijo un funcionario de migración a los periodistas, según denunció a la Voz de América Carlos Mauricio Flores, director ejecutivo de El Heraldo.
En años anteriores, El Heraldo dio cobertura a los procesos electorales de Nicaragua y esta vez, indica Flores, que desde el inicio de año, “cuando empezamos a hacer planificación de contenidos anual, estaba incluida la cobertura del proceso electoral en Managua”. Luego se amplió la agenda de temas y planeaban una serie de reportajes sobre la libertad de expresión y la pandemia del COVID.
El director ejecutivo de El Heraldo cuenta que los funcionarios en un momento intentaron apropiarse del equipo de los periodistas y les prohibieron grabar el momento de la retención.
“Es una pena lo que ocurrió, es lamentable, porque estas situaciones no son dignas de una democracia”, dijo Flores. "No nos queda más que lamentar y entender verdaderamente la situación que está viviendo la prensa nicaragüense”, agregó.
“Desde las noticias, la información que uno sabe es sobre la represión a nivel de los medios de comunicación, a nivel de defensores de derechos humanos, a nivel de la oposición política y en última instancia, contra la libre empresa. Estos son signos dictatoriales, son signos antidemocráticos”, subrayó el periodista.
El director de El Heraldo dijo que los reporteros retornaron a Honduras, desde donde intentarán cubrir el proceso electoral “con los servicios de agencias de noticias y con colegas, amigos que tenemos en Managua”.
Otros medios expulsados
Lo ocurrido con El Heraldo no ha sido la excepción. La negación de las autoridades nicaragüenses a corresponsales de medios extranjeros ha sido un patrón desde hace meses y se ha intensificado en las semanas antes de los comicios, indica Julio López, miembro de la organización de Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN), uno de los gremios más importantes de Managua.
Antes de la expulsión del equipo de reporteros hondureños, el periódico francés Le Monde denunció que Nicaragua negó la entrada a su corresponsal Frédéric Saliba.
Cinco meses antes, tampoco pudo entrar a Nicaragua Anatoly Kurmanaev, reportero del medio estadounidense The New York Times, quien también ha seguido de cerca la situación política en Venezuela.
Kurmanaev, compartió la denuncia del NYT en sus redes sociales con un mensaje contando que cuando le preguntó “a la esposa de Ortega, Rosario Murillo, el motivo de la negativa, ella simplemente escribió: ‘gracias por su interés’”.
Vuelo cancelado
Frédéric Saliba, corresponsal de Le Monde, tenía todo listo para llegar a Managua, pero un mensaje de la aerolínea le notificó que su vuelo fue cancelado por razones migratorias.
“Marqué a Aeroméxico y ellos me confirmaron que la cancelación del vuelo no venía de ellos. No tenían más detalles. Nunca supe por qué”, dijo el periodista a la VOA.
Desde 2016, Saliba reporta para Le Monde todo lo relacionado a Nicaragua. Estuvo presente en las elecciones de 2016, donde entrevistó a la oposición, pero también a miembros del gobierno que tenían lazos con Francia. Luego retornó en 2018 y 2019 para cubrir las protestass contra el gobierno, que dejaron más de 300 muertos y de 100.000 exiliados.
En esta ocasión, el corresponsal tenía expectativas de viajar a Managua para “tomar un poco el pulso antes de las elecciones, que parecen ganadas, que no hay competencia”.
“La idea era poder entrevistar a miembros de la oposición, de poder entrevistar también al nicaragüense, de ver también el ambiente que hay en Managua y percibir la degradación de la situación económica y social de este país, donde los indicadores de pobreza, de COVID, sanitarias, están en el rojo, al frente de un gobierno que difunde un mensaje de negación del COVID y de la crisis económica”, agregó.
Saliba enfatiza que las autoridades nicaragüenses “han utilizado el COVID como excusa” para investigar a las personas que pretenden llegar a Managua, porque piden con 36 horas de anticipación los datos de su pasaporte.
“Cuando lo haces, la compañía te manda algo que dice ‘registro exitoso’, te dice que ‘has completado exitosamente tu solicitud’ y te pide que guardes tu pantalla para poder abordar el vuelo. El día antes del vuelo, recibí un mensaje de Aeroméxico. Me dijeron que mi vuelo fue cancelado por razones migratorias”, contó.
Saliba dice que el bloqueo para llegar a Managua “es la prueba preocupante de un endurecimiento tremendo de la crisis, cuya meta es silenciar a la prensa nacional, primero, pero también ahora a la prensa internacional”.
En ese sentido, López, miembro de PCIN, comentó que ante el bloqueo a periodistas extranjeros, el riesgo al que se someten los periodistas que aún están en Nicaragua es mayor, pero por otro lado subrayó que viene a ratificar “que Ortega no quiere que haya ningún tipo de fiscalización a las elecciones supuestas que va a realizar el domingo en Nicaragua”.
“Evidentemente, el labor de la prensa independiente es incómoda y sacaría a la luz todo lo que Ortega quiere montar en Nicaragua”, concluyó.
Mientas tanto, los periodistas nicaragüenses siguen sin obtener acreditaciones del Tribunal Electoral para dar cobertura a los comicios.
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