Lo que se inició como un movimiento de protesta contra una reforma a la seguridad social en Nicaragua se ha convertido en una constante presencia de manifestantes en las calles, y que continúa pese a la instalación el miércoles de una mesa de diálogo con la mediación de la Iglesia Católica.
En medio de este panorama han surgido cuestionamientos al gobierno del presidente Daniel Ortega, quién ganó las elecciones realizadas en 2016, y cumple un tercer mandato consecutivo que se extenderá hasta 2021.
En el diálogo participan todos los sectores sociales de Nicaragua y en la primera jornada se expusieron las críticas a la respuesta del gobierno a las manifestaciones y se le responsabilizó por las 60 muertes causadas por la fuerza excesiva de la policía.
Por su parte, el presidente Daniel Ortega aseguró que se dieron instrucciones a las fuerzas del orden a no dispararle a nadie.
La Voz de América entrevistó a Carlos Ponce, director para América Latina de la organización Freedom House con sede en Washington, quien destacó que, como sucedió en otras naciones, es el movimiento estudiantil el que impulsa los movimientos en busca de reformas y la ciudadanía se identifica con sus demandas.
Por su parte, Estados Unidos sigue de cerca la situación en la nación centroamericana y ha condenado a través del Departamento de Estado la violencia ejercida por las autoridades contra los manifestantes.
La embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, Laura Dogu, reconoció la trascendencia del diálogo en ese país y abogó por el uso de la buena fe de parte de los participantes para encontrar una salida a la crisis.
La diplomática también expresó su solidaridad con las familias de las víctimas de la violencia durante las protestas en Nicaragua.