Legisladores y opositores en Nicaragua criticaron un decreto que trata de impulsar el gobierno para declarar el 26 de febrero como “Día Nacional de las Artes y la Cultura en honor al pueblo indígena Monimbó”, en Masaya, uno de los departamentos fuertemente afectados por lo que ha sido catalogado como represión estatal a las protestas sociales surgidas en abril de 2018.
El diputado Jimmy Blandón, del opositor Partido Liberal Constitucionalista (PLC), dijo que el ejecutivo está completamente desconectado de la realidad al impulsar estas medidas.
“La actitud del gobierno demuestra la falta de conciencia sobre el daño que han ocasionado”, explicó.
“Se mantienen en la postura dictatorial de minimizar los efectos de la represión y querer actuar como que Nicaragua está normal. Eso es un indicativo claro de que no piensan entregar el poder”, dijo Blandón.
El legislador considera que tanto el presidente Daniel Ortega como la primera dama Rosario Murillo se niegan a reconocer que “la población ya no los quiere, que todos los muertos que ocasionaron están todavía siendo sentidos y dolidos en la población”.
“Desconocen la barbarie que cometieron”, sentenció Blandón.
La reacción surgió después de que Murillo presentó la iniciativa como una forma de honrar la memoria de Sandino y Monimbó.
“Vamos a estar recibiendo la propuesta de decreto de la Asamblea Nacional y será una manera de honrar a esa heroica y espejo de todas las formas de arte y cultura popular, heroica comunidad de Monimbó", dijo Murillo a medios oficiales.
Añadió que,“rendimos honor a los artistas, a los artesanos, a todo lo que representa esa gloriosa cultura popular, identidad nacional de nuestra Nicaragua libre”.
“Porque Masaya creativa sueña y diseña y hay ferias gastronómicas, sabores de Monimbó, danzas folclóricas, el Solar de Monimbó y una sesión solemne de la Asamblea Nacional también en Monimbó para dar a conocer ese decreto, que honra a esa comunidad indígena que siempre llena de honor y gloria y de amor a Nicaragua, con el día de las Artes y la Cultura Popular en honor a Monimbó”, dijo la primera dama y vicepresidenta.
Un excarcelado político de Masaya y activista de las artes populares, Yubrank Suazo, calificó la medida como ofensiva y desacertada.
Suazo recordó que en medio de la represión el gobierno incendió su casa, así como los talleres artesanales de su familia.
“Es irónico de cómo esta señora viene a querer promocionar el arte y la cultura cuando a una familia que históricamente ha sido reconocida a nivel nacional e internacional por sus productos, como es la elaboración de hamacas, se les queman los talleres, cuando más de 20 artesanos que tenían tramos en el mercado de artesanías fueron desalojados por pensar diferente al régimen de Daniel Ortega”, dijo Suazo.
La escalada de la violenta represión contra los masayas, y en especial contra el pueblo de Monimbó, dejó 35 muertos durante los meses más duros de las protestas, cuando fueron atacados por la policía y por parapolicías. Estas denuncias han sido documentadas por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.
El barrio indígena de Monimbó ha sido históricamente uno de los bastiones de resistencia de los nicaragüenses. En febrero de 1978, poco después del asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, los monimboseños se alzaron espontáneamente contra la dictadura somocista.
De igual manera, el barrio indígena resistió en abril de 2018 la represión estatal por participar activamente en las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.