Cuadrillas internacionales de rescatistas y agencias de ayuda han comenzado a llegar a la capital de Nepal, Katmandú, dos días después de un masivo terremoto que sacudió el país, matando a más de 3.600 personas e hiriendo a varios miles más.
Casi la mitad de las fatalidades –1.302 muertos— corresponden al valle de Katmandú. Además hay más de 6.000 heridos y 18 muertos confirmados en una avalancha que barrió un campo base en el Monte Everest.
Equipos de respuesta a desastres de varios países, incluyendo Estados Unidos, han sido desplegados en la región para ayudar en las tares de búsqueda, rescate y recuperación.
“Traer recursos de búsqueda, para escarbar, para poder sacar a la gente que está enterrada en los escombros, sacarla de los escombros y entregarla al personal médico para su cuidado”, dijo Chuck Ryan de la Fuerza de Tarea de Virginia.
Los hospitales en Katmandú se han visto abrumados con la cantidad de heridos.
“Hay muchos pacientes que tienen una herida devastadora, incluyendo heridas en la cabeza y amputaciones de las los miembros, amputaciones totales de los miembros. Muchas de las peores heridas son en el pecho, muy graves heridas de pecho”, dice el Dr. Ganesh Gurung, vice consejero de la Academia Nacional de Ciencias Médicas.
Los residentes en Katmandú han buscado refugio fuera de sus casas en la noche por miedo a las numerosas réplicas que siguieron al terremoto del sábado.
Los sistemas de comunicaciones con las áreas rurales han sido sacados del aire y los deslizamientos de tierra han cortado el acceso a muchas localidades. Se espera que el número de muertos y heridos aumente cuando haya comunicación con esas áreas.
Un servicio de consultoría dijo que los costos a largo plazo de la reconstrucción de Nepal podrían sobrepasar los $5.000 millones de dólares, o más o menos el 20 por ciento del Producto Interno Bruto de Nepal.