La suerte corrida por Heinrich Mueller, jefe de la Gestapo (policía secreta nazi) era uno de los mayores misterios desde el fin de la II Guerra Mundial hasta ahora, pero un investigador dice haberlo esclarecido.
Johannes Tuchel, director del Centro en Memoria de la Resistencia Alemana, en Berlín, dijo a la agencia AP haber descubierto documentos que corroboran que Mueller nunca pudo alejarse más de unos pocos cientos de metros del bunker donde murió Hitler.
Uno de ellos es el certificado de defunción del jefe de la Gestapo quien habría muerto durante los días finales de la guerra en 1945 cerca del cuartel general de la Luftwaffe, fuerza aérea alemana.
Otra evidencia del caso, dijo Tuchel, es que tres meses después del derrocamiento del nazismo, los restos de Mueller fueron hallados por una cuadrilla de obreros junto a unos tres mil cadáveres sepultados en una fosa común en el sitio donde las SS habían destruido un cementerio judío en 1943.
Mueller, que ostentaba el grado equivalente a mayor general, fue buscado en todo el mundo al final de la guerra afanosamente durante décadas, entre otros por los servicios de inteligencia israelíes (Mossad), la Oficina de Investigaciones Especiales de EE.UU., y el Centro Simon Wiesenthal, que se hizo notorio persiguiendo a connotados nazis.
Johannes Tuchel, director del Centro en Memoria de la Resistencia Alemana, en Berlín, dijo a la agencia AP haber descubierto documentos que corroboran que Mueller nunca pudo alejarse más de unos pocos cientos de metros del bunker donde murió Hitler.
Uno de ellos es el certificado de defunción del jefe de la Gestapo quien habría muerto durante los días finales de la guerra en 1945 cerca del cuartel general de la Luftwaffe, fuerza aérea alemana.
Otra evidencia del caso, dijo Tuchel, es que tres meses después del derrocamiento del nazismo, los restos de Mueller fueron hallados por una cuadrilla de obreros junto a unos tres mil cadáveres sepultados en una fosa común en el sitio donde las SS habían destruido un cementerio judío en 1943.
Mueller, que ostentaba el grado equivalente a mayor general, fue buscado en todo el mundo al final de la guerra afanosamente durante décadas, entre otros por los servicios de inteligencia israelíes (Mossad), la Oficina de Investigaciones Especiales de EE.UU., y el Centro Simon Wiesenthal, que se hizo notorio persiguiendo a connotados nazis.