El jefe de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, Stephen O’Brien, advirtió que Siria es la mayor crisis humanitaria de nuestro tiempo y que hay “una carrera contra el tiempo” para salvar a cientos de miles de civiles afectados por falta de alimentos, agua y suministros médicos.
“El pueblo sirio ha experimentado un embate de violencia abominable. Los informes son infinitos: bombas de barril, cañones hellfire, municiones de racimo, armas químicas, bombas termite, napalm, bombas suicidas, morteros y cohetes, francotiradores, bombas que caen en escuelas, hospitales y barrios civiles, violaciones, detenciones ilegales, tortura, reclutamiento infantil, sitios a ciudades enteras, gente expuesta a morirse de hambre deliberadamente, todo cuando se tiene el poder con una lapicera de permitir alimentos para la gente”, dijo O’Brien.
El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, habló el lunes ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y exhortó a todas las partes a observar un pausa semanal en los combates durante 48 horas en la ciudad de Alepo para permitir que la ayuda llegue a la ciudad y para sacar a los enfermos y heridos.
Alepo es la ciudad más grande de Siria y antes de que comenzara la guerra civil, el centro comercial del país. Unas 250.000 personas están atrapadas por fuerzas del gobierno que han rodeado la parte este de la ciudad controlada por la oposición.
O’Brien dice que la crisis humanitaria va mucho más allá de Alepo. A pesar de haber pedido al gobierno sirio que autorice la entrega de ayuda a 32 localidades en todo el país en agosto, O’Brien dice que el gobierno ha negado acceso a la ONU a más del 50 por ciento de los beneficiarios requeridos.