La Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad una resolución donde pide que se prohíba la mutilación genital femenina, una práctica de siglos que parte de la creencia de que controla la sexualidad de las mujeres y mejora su fertilidad.
La ablación también ha estado asociada con prácticas religiosas y culturales, aunque líderes cristianos y musulmanes se han manifestado en contra de ella.
De acuerdo con Amnistía Internacional, la mutilación genital femenina es común en 28 países de Africa, así como en Yemen, Irak, Malasia, Indonesia y entre ciertos grupos étnicos de Sudamérica.
Aunque no son legalmente vinculantes, las resoluciones de la Asamblea General reflejan preocupaciones internacionales e implican un peso político y moral.
En 2010, unas 70 millones de niñas y mujeres fueron sometidas a esta práctica y la Organización Mundial de la Salud calcula que 6.000 niñas son mutiladas genitalmente cada día.
La resolución, apoyada por más de 100 países y adoptada por consenso, denuncia que la práctica es dañina y una seria amenaza a la salud psicológica, sexual y reproductiva de mujeres y niñas.
Además, pide a los 193 Estados miembros de la ONU condenar la práctica y lanzar campañas educativas para eliminarla. La resolución también exhorta a todos los países a promulgar y aplicar leyes que prohíban la práctica y acabe con la impunidad de los infractores.
La ablación también ha estado asociada con prácticas religiosas y culturales, aunque líderes cristianos y musulmanes se han manifestado en contra de ella.
De acuerdo con Amnistía Internacional, la mutilación genital femenina es común en 28 países de Africa, así como en Yemen, Irak, Malasia, Indonesia y entre ciertos grupos étnicos de Sudamérica.
Aunque no son legalmente vinculantes, las resoluciones de la Asamblea General reflejan preocupaciones internacionales e implican un peso político y moral.
En 2010, unas 70 millones de niñas y mujeres fueron sometidas a esta práctica y la Organización Mundial de la Salud calcula que 6.000 niñas son mutiladas genitalmente cada día.
La resolución, apoyada por más de 100 países y adoptada por consenso, denuncia que la práctica es dañina y una seria amenaza a la salud psicológica, sexual y reproductiva de mujeres y niñas.
Además, pide a los 193 Estados miembros de la ONU condenar la práctica y lanzar campañas educativas para eliminarla. La resolución también exhorta a todos los países a promulgar y aplicar leyes que prohíban la práctica y acabe con la impunidad de los infractores.