Musulmanes de todo el mundo celebraban el martes el Eid al-Adha, o “Fiesta del sacrificio”, mientras más de dos millones de peregrinos realizaban los últimos ritos del haj en Arabia Saudí.
Los peregrinos caminaron hacia un complejo en Mina, donde arrojaron piedras a tres columnas para escenificar la lapidación simbólica del diablo. Según el islam, ese fue el sitio donde el demonio habría intentado convencer a Ibrahim para que no se sometiese a la voluntad de dios.
Los musulmanes creen que el haj, que dura cinco días y es uno de los pilares de su fe, revive los pasos del profeta Mahoma y de los profetas Ibrahim e Ismail, Abraham e Ismael en la Biblia. Según la tradición musulmana, Dios detuvo la mano de Ibrahim tras ordenarle el sacrificio de su hijo, Ismail, mientras que según la cristiana y la judía de la leyenda, a Abraham se le ordenó asesinar a su otro hijo, Isaac.
Los últimos días del haj coinciden con el Eid al-Adha, un feriado que conmemora la prueba de fe a Ibrahim y que incluye el sacrificio de ovejas y ganado y la distribución de parte de su carne entre los pobres.