Un tribunal de Oslo prolongó por 12 semanas más la prisión preventiva del noruego Anders Behring Breivik, asesino confeso de 77 personas. Breivik pidió en la audiencia su inmediata liberación y exigió se le condecore por haber cometido el doble atentado del pasado 22 de julio de 2011.
El ultraderechista es procesado como único responsable del tiroteo en la isla de Utoya y del atentado con coche bomba en un complejo gubernamental en Oslo.
Durante el proceso, el extremista se declaró responsable de los hechos, pero volvió a afirmar que es inocente, pues considera que actuó "en una situación de emergencia para su pueblo, su cultura y su país".
En su defensa, el criminal leyó además un manuscrito donde reconoció que el doble atentado fue un "ataque preventivo" y que por el mismo merece la Cruz de Guerra con tres espadas, la más alta distinción noruega otorgada por actos patrióticos.
La matanza de Utoya es la más letal en ese país desde la Segunda Guerra Mundial. Una encuesta revela que el 87 por ciento de los noruegos considera que el criminal no debe quedar libre nunca.
Breivik reiteró además su rechazo a someterse a nuevos exámenes psiquiátricos para el informe solicitado por los tribunales, aunque éstos pueden obligarlo a someterse a ellos.
A principios de enero pasado, los psiquiatras que monitorearon la conducta de Breivik, determinaron que no es un demente y que tampoco necesita tomar medicamentos, por lo que sugirieron que sea trasladado a una prisión.
De ser condenado por cargos de terrorismo, el noruego enfrentará una sentencia de 21 años, pero si el tribunal lo declara un peligro público podría permanecer tras las rejas por tiempo indefinido.