Casi medio centenar de personas murieron en Irak como consecuencia de una serie de atentados con bombas contra peregrinos chiítas y la policía.
El tercer día de atentados aumentan las dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad locales de mantener el control, antes del retiro de las tropas estadounidenses.
La mayoría de los 48 muertos eran peregrinos que se dirigían a la ciudad sagrada chiíta de Kerbala antes de que termine un importante festival religioso musulmán chiíta. Los peregrinos son el objetivo de ataques por parte del grupo islamista suní Al Qaeda.
Dos coches bomba causaron la muerte de 45 personas cerca de Kerbala, señaló Mohammed al-Moussawi, director del consejo provincial de Kerbala, y cerca de 150 personas fueron heridas en dos explosiones, que ocurrieron a la salida de la ciudad.
Más temprano, un suicida con bomba atacó a bordo de un automóvil un cuartel policial en la provincia de Diyala, dejando al menos tres muertos y unos 30 heridos en el tercer día de ataques contra las fuerzas de seguridad locales, informó la policía.
