Con un despliegue militar, los restos del activista Nepomuceno Moreno, asesinado en Hermosillo, fueron trasladados hacia la ciudad de Santana, Sonora.
Tras su fallecimiento, la Procuraduría de Justicia Estatal reveló parte del pasado de Nepomuceno Moreno, quien estuvo preso en Arizona en 1979 por tráfico de heroína, denunció haber sido secuestrado en 1997 y estuvo preso por portación de armas del 2005 al 2009.
Emilio Álvarez Icaza, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, acusó al gobierno de Sonora de criminalizar la imagen del activista mexicano.
Señaló que al exponer los antecedentes penales de Moreno, las autoridades parecen querer legitimar el homicidio de este hombre, que durante más de un año buscó justicia para su hijo desaparecido.
“Es inmoral, es vergonzoso; el juez en su momento determinó la inocencia y libertad de Nepomuceno, eso no lo dice la Procuraduría, de manera dolosa y parcial, está haciendo un ejercicio de criminalización de la víctima, hay una absoluta ausencia de autoridad, son rápidos para descalificar pero son absolutamente omisos para investigar”, dijo Álvarez.
Durante una reunión de miembros del Movimiento por la Paz con el Ejecutivo, Nepomuceno Moreno se acercó al presidente Felipe Calderón para pedirle ayuda para localizar a su hijo, denunció que los responsables eran policías locales y pidió seguridad para él y su familia, pues dijo haber recibido amenazas de muerte.