Al menos cinco personas murieron en Siria después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra manifestantes anti-gubernamentales, a medida que el gobierno sirio continúa con su violenta represión a las protestas.
Los activistas dijeron este viernes 30 de septiembre que los manifestantes fueron asesinados en varias áreas, incluyendo en el centro de las ciudades de Homs y Hama.
Miles de manifestantes salieron a las calles de todo el país después de las oraciones del mediodía, renovando su llamado a la salida del presidente Bashar al-Assad.
Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo este viernes que la alianza militar descarta cualquier intervención en “Siria o en cualquier otro país de la región” similar a la que se realizó en Libia.
“No tenemos intención de intervenir en Siria o en otros países” de Medio Oriente, dijo el secretario general en una conferencia en Bruselas.
Rasmussen argumentó que las condiciones que se dieron en Libia –donde la OTAN contaba con el mandato de la ONU y el respaldo de otros países árabes- “no se dan en ningún otro caso”, con lo cual la alianza no tiene intención de intervenir Siria o Yemen.
La víspera, partidarios del presidente sirio Bashar al-Assad arrojaron tomates al embajador de Estados Unidos en Damasco, Robert Ford, y trataron de atacar la oficina a la que el diplomático llegaba para reunirse con el opositor sirio Hassan Abdul-Azim.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, condenó la agresión contra el embajador Robert Ford, calificando el incidente como "totalmente injustificado".