Miles de chilenos se despidieron en una emotiva ceremonia de Hortensia Bussi, la viuda del ex presidente Salvador Allende, quien falleció el jueves a los 94 años de edad.
“Tencha”, como era conocida popularmente, fue velada desde el viernes en la sede del ex Congreso Nacional en Santiago.
El sábado, acudieron al ex Congreso distinguidos políticos chilenos, entre ellos la presidenta Michelle Bachelet.
Bachelet dijo que Bussi fue “una gran mujer, cuyo nombre está necesariamente asociado a la figura del presidente Salvador Allende, pero que merece reconocimiento nacional por sus propias cualidades y testimonio de rectitud personal, de sensibilidad social y de compromiso democrático”.
“Tencha vivió lo suficiente como para ver que los chilenos habíamos aprendido las dolorosas lecciones del pasado y que éramos capaces de llevar adelante una transición que logró poner las bases de un nuevo régimen de libertades”, agregó la mandataria.
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A la ceremonia también asistieron la hija de Bussi, Isabel Allende, quien es una diputada socialista, los ex presidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, y el presidente del consejo de ministros peruano Yehude Simon en representación del presidente Alan García, según informó la agencia de noticias AFP.
Además de representantes políticos, miles de ciudadanos fueron al salón del antiguo Congreso Nacional para presenciar los homenajes que se realizaron.
Una vez concluida la ceremonia, el cortejo fúnebre se dirigió a la Plaza de la Constitución, donde hay un monumento a Salvador Allende, según la agencia de noticias EFE.
El cortejo también pasó por la Catedral de Santiago y finalmente se dirigió al Cementerio General, donde fueron depositados los restos de Bussi junto a los de su marido.
“Tencha” nació el 22 de julio de 1914 en la ciudad de Valparaíso y se casó con Allende el 17 de marzo de 1940.
Según dijo Bachelet, conoció a quien seria su esposo “en la noche del terremoto de Chillán el 24 de enero de 1939”.
Fue una mujer que se caracterizó por su “entereza y fuerza”, según la mandataria.
“La vida le puso a Tencha una prueba muy dura en el año 1973, cuando Chile vio derrumbarse la institucionalidad que pese a las intensas luchas políticas de entonces protegía por lo menos las garantías individuales”, dijo Bachelet.
“El golpe de Estado fue una derrota para la República y como hoy lo sabemos bien fue el comienzo de una época muy oscura en lo que respecta a la consideración de la vida y la dignidad humana”, agregó.