Un magnate ruso autoexiliado y enemigo del presidente ruso Vladimir Putin fue encontrado muerto en el sureste de Inglaterra en circunstancias “inexplicables”, dijo la policía.
Boris Berezovsky, de 67 años, había sobrevivido a intentos de asesinato en el pasado —entre ellos a la explosión de una bomba que lo dejó herido y que mató a su chofer en 1994— y a numerosas amenazas, que algunos relacionaban, entre otras cosas, con la ayuda que prestó al ex espía de la KGB, Alexander Litvinenko, para huir de Putin.
Litvinenko se exilió en Londres después de acusar a las autoridades de intentar asesinar a opositores políticos y allí murió en 2006 después de beber un té envenenado con polonio-210. Se estableció que el asesino era un agente del gobierno ruso.
El abogado Alexander Dobrovinsky dijo a la televisora estatal rusa que su cliente últimamente había estado en "un horrible, terrible, estado emocional".
"Todo lo que tenía eran deudas", agregó Dobrovinsky. "Estaba prácticamente destruido. Estaba vendiendo sus pinturas y otras cosas".
El año pasado Berezovsky fue obligado a pagar más de $53 millones de dólares en costos legales a su millonario compatriotra Roman Abramovich, el dueño del club Chelsea del fútbol inglés.
Boris Berezovsky, de 67 años, había sobrevivido a intentos de asesinato en el pasado —entre ellos a la explosión de una bomba que lo dejó herido y que mató a su chofer en 1994— y a numerosas amenazas, que algunos relacionaban, entre otras cosas, con la ayuda que prestó al ex espía de la KGB, Alexander Litvinenko, para huir de Putin.
Litvinenko se exilió en Londres después de acusar a las autoridades de intentar asesinar a opositores políticos y allí murió en 2006 después de beber un té envenenado con polonio-210. Se estableció que el asesino era un agente del gobierno ruso.
El abogado Alexander Dobrovinsky dijo a la televisora estatal rusa que su cliente últimamente había estado en "un horrible, terrible, estado emocional".
"Todo lo que tenía eran deudas", agregó Dobrovinsky. "Estaba prácticamente destruido. Estaba vendiendo sus pinturas y otras cosas".
El año pasado Berezovsky fue obligado a pagar más de $53 millones de dólares en costos legales a su millonario compatriotra Roman Abramovich, el dueño del club Chelsea del fútbol inglés.