La expulsión en la filas de la revolución en tiempos del sandinismo en los años 70 motivó a Magaly Quintana a promover las primeras expresiones feministas en Nicaragua. El lunes las defensoras de derechos humanos en el país despidieron a la activista social que durante los últimos años de su vida dirigió el único observatorio de violencia de género, que contabilizaba los femicidios, después de que el actual gobierno desapareciera las comisarías de la mujer.
María Teresa Blandón de la corriente feminista compartió parte de su historia.
“La enviaron a Matagalpa con una responsabilidad muy pequeña, que ella supo aprovechar al máximo para compartir sus pensamientos y sus propuestas revolucionarias con la gente más pobre, con la gente del campo, con las mujeres, y a partir de esa experiencia ella funda el primer grupo de reflexión feminista que existió en el país”.
Según el observatorio de violencia Católicas por el Derecho a Decidir, dirigido por Quintana, de enero a abril de 2019 se contabilizaron 21 víctimas de femicidios en Nicaragua y, aquellas que sobrevivieron, lamentan el vacio que deja la activista en el seguimiento de este tipo de delito. Tal el caso de Ramona Ramírez, madre de una víctima de femicidio quien asegura que el Estado nunca les ha dado respuesta.
“Nos ha apoyado con la policía, porque nunca nos hacen caso a nosotros, siempre los casos quedan impune como el que quedo de Dina Carrión, no investigan”.
Mayra Ayala, también madre de una víctima de femicidio comparte esta misma opinión.
“Y eso es lo que nos molesta, porque entre más pedíamos nosotros apoyo de la policía, nunca nos sentimos de que ellos le dieran seguimiento, hasta que ya miraban el hecho corrian a hacer nada”.
Pese a esto, el gobierno de Nicaragua nunca ha reconocido las estadísticas del observatorio de violencia como válidas, pues las reformas a la ley 779 contra la violencia hacia las mujeres, limita el feminicidio al ámbito privado.