Un niño guatemalteco de 2 años y medio murió bajo custodia de las autoridades migratorias de Estados Unidos, convirtiéndose en el cuarto menor de edad que fallece después de ser detenido por la Patrulla Fronteriza desde diciembre pasado, lo que reavivó las inquietudes sobre el trato que se les da a las familias de migrantes que buscan asilo en este país.
El menor falleció el martes después de pasar varias semanas en el hospital, informaron las autoridades de Estados Unidos y Guatemala. Tekandi Paniagua, cónsul de Guatemala en Del Río, Texas, dijo que el niño sufría de fiebre y dificultad para respirar, y las autoridades lo trasladaron a un hospital pediátrico en donde se le diagnosticó neumonía.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés), indicó que la madre informó a los agentes que su hijo se enfermó el 6 de abril, tres días después de que fueran detenidos cerca del puente internacional en El Paso, Texas.
La agencia destacó que el menor fue trasladado ese mismo día a un hospital en Horizon City, Texas, y transferido al Hospital Pediátrico Providence de El Paso al día siguiente.
El niño permaneció hospitalizado alrededor de un mes antes de morir el martes. El diario The Washington Post fue el primero en reportar el deceso.
Los cuatro menores que han fallecido después de ser detenidos por la Patrulla Fronteriza eran originarios de Guatemala.
La mañana del 7 de diciembre, Jakelin Caal Maquín, de 7 años, murió a causa de una infección bacteriana. Felipe Gómez Alonzo, de 8 años, falleció en Nochebuena de una infección gripal.
Juan de León Gutiérrez, de 16 años, murió el 30 de abril después de que funcionarios notaron que enfermó en una instalación de detención juvenil operada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. El médico forense de Corpus Christi, Texas, indicó que a Juan se le había diagnosticado una rara afección médica conocida como tumor hinchado de Pott, que puede ser provocada por una infección sinusal severa o trauma en la cabeza.
“La muerte de un solo niño bajo custodia de nuestro gobierno es una horrible tragedia”, dijo Jess Morales Rocketto, directora del grupo activista Families Belong Together. “Cuatro en seis meses es un claro patrón de indiferencia intencional y cruel por la vida de los niños”.
Durante meses, el gobierno del presidente Donald Trump ha advertido que el sistema migratorio de Estados Unidos está en un “punto de quiebre”. El gobierno ha solicitado 4.500 millones de dólares en fondos humanitarios de emergencia y que el Congreso cambie leyes que le permitan a las agencias detener a las familias por más tiempo y deportarlas más rápido.
Muchas instalaciones de detención migratoria están rebasadas en su capacidad y no cuentan con el equipo necesario para albergar a familias con niños pequeños, en especial por el incremento histórico en el número de familias que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos. Tan sólo en abril, la Patrulla Fronteriza realizó 99.000 detenciones, y más de la mitad eran padres e hijos viajando juntos.
Los desafíos de la Patrulla Fronteriza son particularmente urgentes en El Paso, en el extremo oeste de Texas y limítrofe con Ciudad Juárez, México.
Felipe Gómez Alonzo, el menor de 8 años que murió a finales de diciembre, llevaba una semana detenido junto a su padre antes de enfermar. La CBP reconoció que transfirió a Felipe y a su padre entre estaciones de la oficina debido a que no había espacio suficiente en las instalaciones de El Paso. El último lugar en el que Felipe y su papá fueron detenidos fue en un punto de revisión sobre una autopista.
Tras el deceso de Felipe, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que ampliaría las revisiones médicas y se aseguraría de que todos los menores bajo custodia de la Patrulla Fronteriza recibieran “una evaluación más exhaustiva lo más pronto posible”.
La CBP no respondió de inmediato el jueves a preguntas sobre dónde es que el niño de 2 años y medio y su madre fueron detenidos antes de que el menor enfermara, o si se le habían detectado síntomas de enfermedad antes del 6 de abril.
En las últimas semanas, la Patrulla Fronteriza en El Paso ha mantenido a las familias detenidas durante horas en el exterior, en un estacionamiento ubicado bajo el puente internacional. Los padres migrantes se quejaron de tener que dormir en el lugar a la intemperie o bajo carpas en malas condiciones.
Este mes, la agencia abrió una instalación con carpas para 500 personas en El Paso y en el Valle del Río Grande, en el sur de Texas.