Un motín de presos en los calabozos de la sede de la policía en el popular barrio de Catia, al oeste de Caracas, dejó nuevamente al descubierto la crisis de hacinamiento que sufren los centros de reclusión en Venezuela.
“Eso pasa porque hay hacinamiento…”, dijo el gobernador de Miranda, Enrique Capriles. “El gobierno es el principal responsable”.
Por el hacinamiento protestaba el grupo de presos que el lunes tomó a dos policías nacionales como rehenes para pedir una solución al problema. Los presos se quejaron también del retardo en los procesos judiciales y exigieron mejoras en los penales.
El motín terminó con el traslado de 25 sentenciados a otro penal.
El Ministerio Público de Venezuela (MP) anunció que investigará lo ocurrido en la comisaría e informó que uno de los detonantes de este suceso fue el asesinato, ocurrido ayer, de un detenido a manos de otros reclusos después de que se supiera que estaba acusado de violar a un niño.
De acuerdo al Observatorio Venezolano de Prisiones, en la comisaría había 170 presos aunque solo hay capacidad para 50. El calabozo está pensado para retener a los detenidos por un máximo de 48 horas, pero la práctica pueden pasar años en esos lugares.