La junta directiva de la automotriz japonesa Mitsubishi Motors, que conforma una alianza con Renault y Nissan, votó el lunes para despedir a Carlos Ghosn de la presidencia de la empresa tras su arresto de la semana pasada, citando como motivo la falta de confianza.
La fiscalía arrestó a Ghosn el 19 de noviembre bajo sospecha de no reportar ingresos por 44 millones de dólares durante cinco años. Nissan Motor Co. lo despidió de la presidencia la semana pasada, señalando que una investigación interna reveló que Ghosn hizo mal uso de los fondos y activos de la empresa.
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Mitsubishi indicó que el actual director general Osamu Masuko se desempeñará tanto como presidente interino como CEO hasta que se realice una reunión de accionistas. Señaló también que Ghosn perdió la confianza de Nissan y sería difícil que continuara fungiendo como presidente.
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Masuko dijo a la prensa que la decisión de la junta directiva fue unánime.
Siete de los ocho miembros del consejo directivo de Mitsubishi Motors Corp. asistieron a la reunión del lunes, señaló la automotriz.
El arresto de Ghosn en Tokio representa una vertiginosa caída para un ejecutivo que dominó a la industria automotriz japonesa durante dos décadas y encabezó la alianza de Nissan con Renault SA de Francia.
Ghosn también encabezó la anexión de Mitsubishi a la alianza. Nissan adquirió el 34% de las acciones de Mitsubishi en 2016 después de que la automotriz de menor tamaño se viera involucrada en un escándalo de reporte de inspecciones.
La prensa japonesa, citando a fuentes anónimas, reportó que Ghosn y Greg Kelly, un ejecutivo que fue arrestado bajo sospecha de colaborar con Ghosn, mantienen su inocencia. Ghosn no ha hecho comentarios de manera pública.
Ninguno de los dos directivos ha sido acusado formalmente. De acuerdo a las leyes japonesas, pueden detener a un sospechoso hasta por tres semanas sin que se presenten cargos.