El próximo martes, se realizará en Quito la reunión extraordinaria de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para tratar el polémico acuerdo militar suscrito entre Estados Unidos y Colombia.
En el encuentro, analizarán la “amenaza que significa el uso por esa potencia norteña de siete bases militares en el territorio del país suramericano", según un comunicado del gobierno ecuatoriano, que ejerce la presidencia pro témpore de Unasur.
El canciller ecuatoriano, Fander Falconí, confirmó que el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, asistirá a la cumbre pese a que Colombia y Ecuador rompieron relaciones diplomáticas en marzo de 2008, tras un operativo colombiano contra las FARC en territorio ecuatoriano. También asistirá el ministro de Defensa colombiano, Gabriel Silva.
Los otros representantes que confirmaron su asistencia fueron los ministros de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guyana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela, según la agencia de noticias argentina Telám.
La reunión extraordinaria de los ministros fue convocada por los jefes y jefas de Estado de Unasur que se reunieron en Bariloche, Argentina, el 28 de agosto.
Según quedó establecido en la declaración conjunta de los mandatarios de Unasur, el objetivo del encuentro es que los ministros “diseñen medidas de fomento de la confianza y de la seguridad de manera complementaria a los instrumentos existentes en el marco de la OEA”.
Las medidas incluyen “mecanismos concretos de implementación y garantías para todos los países aplicables a los acuerdos existentes con países de la región y extrarregionales; así como al tráfico ilícito de armas, al narcotráfico y al terrorismo de conformidad con la legislación de cada país”.
También se instruyó al Consejo de Defensa de Unasur que analice la estrategia militar de Estados Unidos y el texto "Estrategia suramericana. Libro Blanco, Comando de Movilidad Aérea (AMC)", expuesto por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la cumbre como una prueba de la intención expansionista de Estados Unidos en la región.