Decenas de miles de clientes seguían el martes sin electricidad en todo Puerto Rico, una semana después de que la tormenta tropical Ernesto azotó la isla. Las autoridades se comprometieron a restaurar la energía en todo el país el fin de semana.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió otra alerta de calor excesivo, advirtiendo sobre “condiciones peligrosamente cálidas y húmedas”.
Más de 40.000 de un total de 1,5 millones de clientes seguían sin electricidad en la tarde. Todas las escuelas deberán tener electricidad para las últimas horas del martes, señalaron las autoridades, e indicaron que un 80 % de las clínicas médicas de emergencia, excluyendo los hospitales, ya tienen luz.
La ciudad costera de Luquillo, situada en el noreste de la isla y muy popular entre los turistas, reportó el mayor número de apagones, con 30 % de los clientes sin electricidad. Los poblados y ciudades de Fajardo, Río Grande y Yabucoa también resultaron afectados.
Juan Saca, presidente de Luma Energy, un consorcio privado que supervisa la transmisión y distribución de energía eléctrica en Puerto Rico, dijo que la empresa trabajaba las 24 horas del día, pero además de los cortes atribuidos a la tormenta, existe un déficit de generación.
Hasta 70.000 clientes podrían quedar temporalmente en la oscuridad la noche del martes, y otros 90.000 se vieron afectados el lunes por una reducción manual en el flujo de energía de la red eléctrica de Puerto Rico.
“Es muy molestoso, no quiero minimizar eso”, dijo Saca a reporteros, e insistió que esos cortes son breves.
Luma ha sido muy criticada desde que asumió la transmisión y distribución de electricidad en junio de 2021 mientras la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico lucha por reestructurar una deuda por más de 9.000 millones de dólares.
Recientemente, un número cada vez mayor de funcionarios, incluidos los que buscan votos en un año electoral, han llamado al gobierno a cancelar su contrato con Luma.
El gobernador Pedro Pierluisi ha respaldado el trabajo de Luma y su rápida respuesta tras el paso de Ernesto. “En cuestión de tres días, ya el 96 % de la población tenía el servicio eléctrico”, dijo el lunes.
Durante la tormenta, que recorrió la isla el martes y el miércoles, hasta 750.000 clientes se quedaron sin electricidad. Las autoridades culparon a los árboles que cayeron sobre los cables eléctricos y a los fuertes vientos.
Sin embargo, la molestia ha persistido en la isla, de 3,2 millones de habitantes con un índice de pobreza de más de 40 % y donde pocos pueden adquirir generadores o paneles solares.
“Con todo el daño causado por la tormenta, y la ineficiencia de Luma Energy en energizar con precisión y agilidad, Puerto Rico necesita urgentemente otras vías de energía más confiables”, señaló Jesús Hernández Arroyo, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Representantes del territorio estadounidense.
El Negociado de Energía de Puerto Rico preguntó por qué la duración promedio de los apagones por cliente aumentó 9% entre los años fiscales 2023 y 2024, para un total de 1.448 minutos.
Julio Aguilar, director de confiabilidad y automatización de la distribución de Luma, dijo en una conferencia de prensa realizada el martes que el clima y otros factores pueden contribuir a aumentar y disminuir los apagones en un año, y que se requieren cinco años para establecer una base y una métrica.
“Las mejoras se están haciendo”, dijo. “Se van a ver”.
La red eléctrica de Puerto Rico sigue frágil después de que el huracán María arrasó con ella en septiembre de 2017, siendo una poderosa tormenta de categoría 4, aunque dicha red ya estaba muy dañada antes de eso, debido a la falta de mantenimiento e inversión.
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