Trabajadores y activistas celebraban el martes el Día Internacional del Trabajo con manifestaciones para exigir a sus gobiernos que aborden la problemática laboral.
Más de 100.000 personas salieron a las calles en Moscú para participar en la tradicional manifestación del Primero de Mayo. Según la Federación de Sindicatos de Moscú, unas 120.000 personas partieron desde la Plaza Roja y recorrieron las principales calles de la capital rusa para celebrar la jornada.
En los últimos años, el desfile se ha convertido en una orquestada muestra de poder de las autoridades rusas y del partido gobernante, Rusia Unidas, donde los participantes se niegan a criticar las políticas del gobierno.
En San Petersburgo, la segunda ciudad del país, varios centenares de rusos descontentos con los intentos del Kremlin de reducir la libertad en internet, reflejados en el veto a la popular aplicación de mensajería Telegram, desafiaron a la lluvia para unirse al acto oficial de la jornada.
La policía de Estambul detuvo a más de una docena de personas que intentaron marchar a una simbólica plaza de la ciudad desafiando la prohibición oficial.
Turquía declaró que la Plaza Taksim quedaba fuera de los límites de las celebraciones del Día Internacional del Trabajo por motivos de seguridad. Las calles que llevan a la plaza estaban bloqueadas y la policía permitió únicamente el paso a pequeños grupos de representantes sindicales para depositar coronas en un monumento.
Sin embargo, un grupo de unas 25 personas que cantaban “Taksim no puede estar cerrada el 1 de mayo” intentaron abrirse camino hasta allí pero fueron rodeados por policías antimotines. Los grandes sindicatos celebrarán manifestaciones en las zonas delimitadas por el gobierno en Estambul y Ankara.
Taksim tiene un significado especial para el movimiento obrero turco. En 1977, 34 personas fallecieron durante los actos del Primero de Mayo por disparos efectuados desde un edificio próximo.
Miles de griegos recorrieron las calles del centro de Atenas en al menos tres manifestaciones independientes.
Miles de trabajadores y activistas marcharon el martes hacia el palacio presidencial de Filipinas para exigir al gobierno que aborde los problemas laborales del país coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Trabajo.
En Manila, unos 5.000 empleados de varios sectores protestaron cerca del Palacio de Malacanang por el fracaso del presidente Rodrigo Duterte a la hora de cumplir su promesa electoral de poner fin a la contractualización, una práctica generalizada de empleo a corto plazo. Los manifestantes exigieron además que el gobierno trate cuestiones como los bajos salarios, el desempleo y la represión sindical.
Trabajadores y activistas salieron también a la calle en otros países asiáticos, incluyendo Camboya, Indonesia y Hong Kong.
Miles de trabajadores se manifestaron en el centro de Seúl para exigir un aumento del salario mínimo, entre otras cosas.
Corearon lemas instando al gobierno a implementar un salario mínimo de 10.000 wones (9,34 dólares) y a convertir a todos los empleados no regulares en trabajadores regulares con igual salario y tratamiento.
A la protesta, organizada por la Confederación Coreana de Sindicados, acudieron unas 10.000 personas según las estimaciones de la policía.
Los sindicatos pidieron también al gobierno que abandone sus planes para reestructurar las industrias naval y del automóvil, y que reforme los grandes conglomerados que dominan la economía surcoreana.
En Estados Unidos, los inmigrantes se manifestarán en todo el país para mostrar su preocupación por los cambios regulatorios del gobierno del presidente Donald Trump.
Los grupos que defienden los derechos de los migrantes apuntaron que estos actos buscan además impulsar la participación en los comicios de mitad de legislatura previstos para noviembre.