El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, usó este jueves su calidad de presidente del Senado para romper el empate en la Cámara Alta y avanzar en la eliminación de una norma que obliga a los estados a proveer de ciertos fondos para las clínicas abortivas.
Las senadoras republicanas Lisa Murkowski (Alaska) y Susan Collins (Maine) se alinearon con la bancada demócrata para oponerse a la medida, de manera que Pence tuvo que deshacer el empate a 50 para revertir así dicha regulación, impulsada por el Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017).
Bajo la Constitución estadounidense, el vicepresidente también actúa como presidente del Senado y tiene el poder de romper esos empates.
"No descansaremos hasta que restauremos una cultura de vida en Estados Unidos para nosotros y nuestra posteridad", dijo Pence en su discurso de enero en la Marcha por la Vida en Washington, que se celebra todos los años contra el aborto.
Pence ha sido a lo largo de su carrera un gran detractor del derecho al aborto, y acabar con la financiación de dichas clínicas es una de sus prioridades.
"Los fondos de planificación familiar son la mejor manera de reducir el número de abortos", afirmó Collins en una entrevista, respecto a la necesidad de dar fondos a los centros que ayudan también sobre la planificación familiar para evitar embarazos no deseados.
La propuesta, que debe ser ratificada ahora por la Cámara de Representantes, derogaría un reglamento del Gobierno de Obama que prohíbe que los estados se nieguen a distribuir dinero federal para planificación familiar a aquellas clínicas que también practiquen abortos.
Es la segunda vez que Pence tiene que romper un empate en la Cámara Alta en poco más de dos meses en el Gobierno, ya que también tuvo que votar a favor de la confirmación de la secretaria de Educación, Betsy Devos, quien enfrentó una dura oposición para llegar al cargo.
El predecesor de Pence, el exvicepresidente Joe Biden, jamás tuvo que hacer uso de esta potestad durante sus ocho años en el cargo.