La economía ecuatoriana atraviesa su peor momento en dos décadas debido a la rápida propagación del Coronavirus, que ha llevado a este país a convertirse en uno de los que tiene el mayor número de casos en Latinoamérica.
El aislamiento social, que inició a mediados de marzo en Ecuador, golpea con fuerza a los migrantes venezolanos. Muchos de ellos viven del dinero que consiguen a diario de empleos informales, y otros, que tienen un trabajo estable, la crisis les tomó por sorpresa y sin ahorros.
Ese es el caso de Corángel Fernández, médico de profesión venezolana, que vive en Quito desde hace dos años y medio junto a su familia. Es prácticamente el soporte econo de su hogar, ya que su esposo, José Luis González, también médico y con una larga experiencia profesional, no puede ejercer la profesión y se ve impedido de acceder a un empleo en esa área.
José Luis explicó que una de las principales limitaciones para encontrar empleo en Ecuador es la edad, a pesar de la experiencia que tiene en el campo de la salud. En su país fue Jefe de Servicio de Cirugía Infantil y director del Postgrado de Cirugía Infantil del Hospital de los Magallanes de Catia, localizado en el oeste de Caracas.
Un caso similar es el de María Eugenia Hernández, paramédica venezolana quien trabaja en Quito cuidando a una señora de edad avanzada y a una niña. Su historia, al igual que la de la familia González-Fernández, es de preocupación, no sólo por las carencias que enfrenta durante la cuarentena, sino también por lo que vendrá después.