Algunos migrantes centroamericanos dicen sentirse excluidos del nuevo proceso de parole humanitario para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos anunciado por la administración de Joe Biden la semana pasada.
Vilma Vázquez, una migrante hondureña, dijo desde Reynosa, México, que se siente triste y frustrada y pidió que les "den oportunidad" para entrar en el programa "porque hay mucho centroamericano que viene [a EEUU] huyendo del crimen, de la pobreza también", dijo.
Por su parte, el migrante salvadoreño Erasmo Torres, quien también se encuentra en Reynosa, dijo que aspira a acceder al mercado laboral en EEUU y que emigró "con una meta de trabajar para sobrevivir".
Por otro lado, hay alegría y entusiasmo entre los migrantes de los países en el programa de parole por la seguridad que ofrecerá el nuevo proceso a quienes sí califican.
Para Fortino López Balcazar, presidente de la Asociación Internacional de los Derechos Humanos, una organización de ayuda a migrantes, el nuevo proceso migratorio es positivo y evitará secuestros, abusos e incluso la muerte.
"Es una forma de darles protección", dijo López, y agregó que los migrantes irregulares sufren violaciones a sus derechos humanos "por autoridades y por personas".
El programa de parole humanitario de EEUU anunciado la semana pasada es una ampliación del que estaba disponible desde octubre para los venezolanos, y ofrece una vía para viajar legalmente a EEUU a los nacionales de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela que tengan un patrocinador y cumplan ciertos requisitos.
Para ser elegible, una persona necesita un patrocinador en EEUU y pasar los requisitos de seguridad si es aprobada. Después, podrá viajar a Estados Unidos por avión y vivir y trabajar legalmente en el país por dos años.
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