El rápido envejecimiento de la población en los países ricos y de renta media hará que sus economías dependan cada vez más de la migración procedente de las naciones más pobres, y el proceso debe gestionarse mejor, afirmó el martes el Banco Mundial.
Según el último Informe sobre el Desarrollo Mundial, unos 184 millones de personas de todo el mundo viven actualmente en países donde carecen de ciudadanía, el 43 % en naciones de renta baja y media. Unos 37 millones son refugiados, cifra que se ha triplicado en la última década.
Algunos países enfrentan un rápido descenso de la población adulta en edad de trabajar, como España, donde se prevé una reducción de más de un tercio para 2100, con un aumento de los mayores de 65 años hasta casi el 40 % de la población desde el 20 % actual, según la entidad crediticia para el desarrollo.
Países como México, Tailandia, Túnez y Turquía también podrían necesitar pronto más trabajadores extranjeros porque su población ya no crece, mientras que los movimientos migratorios transfronterizos ya se están volviendo más complejos, con naciones de destino y origen que abarcan todos los niveles de renta, según el informe.
"La migración puede ser una poderosa fuerza para la prosperidad y el desarrollo", afirmó en un comunicado Axel van Trotsenburg, director gerente senior del Banco Mundial. "Cuando se gestiona adecuadamente, proporciona beneficios para todas las personas, tanto en las sociedades de origen como en las de destino".
El informe presenta recomendaciones para adecuar mejor las cualificaciones de los migrantes a las necesidades de los países de destino, protegiendo al mismo tiempo a los refugiados y reduciendo la necesidad de movimientos angustiosos.
Los beneficios son mayores tanto para los países de destino como para los emigrantes cuando sus cualificaciones se ajustan bien a las demandas de los países de destino. Cuando la adecuación es deficiente, los costos de acogida de los refugiados deben repartirse multilateralmente.
El Banco Mundial afirma que los países de origen deben hacer de la migración laboral una parte explícita de su estrategia de desarrollo y trabajar para reducir el costo de las remesas a las familias en el país de origen, facilitar la transferencia de conocimientos desde sus diásporas en el extranjero y desarrollar las capacidades que se demandan en todo el mundo.
El banco afirmó que los países de destino deberían fomentar la migración de las poblaciones en las que sus cualificaciones son muy demandadas, y añadió que deberían desarrollarse multilateralmente nuevos instrumentos de financiación para ayudar a los países a atender a los no ciudadanos de forma predecible.
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