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Migración haitiana: acción humanitaria con víctimas y mano dura contra los “coyotes”


Miles de haitianos se agolpan en los embarcaderos en busca de tiquetes para continuar su migración hacia Centro América. [Foto: Cortesía alcaldía de Necoclí, Antioquia]
Miles de haitianos se agolpan en los embarcaderos en busca de tiquetes para continuar su migración hacia Centro América. [Foto: Cortesía alcaldía de Necoclí, Antioquia]

En campamentos improvisados acampan miles de haitianos represados en Necoclí, Antioquia.

La difícil situación humanitaria que se ha generado en Colombia y en varios países centroamericanos por la migración de ciudadanos haitianos, que buscan ingresar a Estados Unidos y Canadá, requiere para su atención, además de un enfoque multilateral, la actuación de los países afectados en dos frentes fundamentales. En primer lugar requiere, la atención humanitaria a las víctimas y luego la lucha contra el flagelo que representan las redes de trata de personas, que lucran con la necesidad de las víctimas.

La profesora María Teresa Palacios Sanabria, directora del Programa de Investigación en Derechos Humanos, de la Universidad del Rosario, en Bogotá dijo en entrevista con la Voz de América que las acciones del Estado colombiano deben ser en dos frentes; deben ser desde el punto de vista de la persecución del delito, aquellos que son tratantes de personas y traficantes de migrantes, pero también deben ser una visión y un enfoque desde la protección de la víctima.

La experta añadió que “los migrantes son víctimas de las redes, entonces no se puede revictimizar a los migrantes y sancionarlos, perseguirlos, expulsarlos, deportarlos, sino lo que se tienen que buscar mecanismos de protección, a través de estados que brinden cooperación para recibirlos”, indica la docente, quien acota que para atender la problemática que representa la migración “Hay que combinar acciones desde el punto de vista humanitario, pero también desde el punto de vista de la persecución del delito”.

Y es que, pese a que la migración de ciudadanos haitianos, y en menor proporción de cubanos, africanos y asiáticos, no es nueva, como reseña la profesora Palacios, los efectos económicos y sociales de la pandemia, agravaron la situación, fenómeno que se refleja en los miles de migrantes que se agolpan en municipios como Necoclí, en el norte de Colombia, en busca de un trasporte marítimo hacía la frontera con Panamá, para continuar la travesía por Centroamérica, hacia Estados Unidos y Canadá.

“Es una migración que ha estrado motivada por la exclusión, por la discriminación, por la falta de oportunidades y la pobreza”, indica la docente de la Universidad del Rosario, quien aclara que “existen diferencias con la migración de venezolanos, marcada por componentes políticos y económicos. En el caso haitiano, la pobreza y la crisis generada por catástrofes ambientales, han sido detonantes para que sus ciudadanos se embarquen en la aventura migratoria”, enfatiza la experta.

Otra clara diferencia entre la migración haitiana y la venezolana, es que mientras en Colombia se han establecido cerca de dos millones de migrantes venezolanos, los refugiados haitianos solo están de tránsito en el país, con el objetivo claro de llegar a Norteamérica. Sin embargo, ambas migraciones han generado crisis humanitarias que requieren de soluciones integrales.

“Colombia ha tratado de atender a coyunturas puntuales de migraciones que van surgiendo, como el caso de la venezolana, se volcán a desarrollar toda una serie de medidas, únicamente para el caso de Venezuela, olvidando que hay otro tipo de migración en el territorio nacional”, señala la profesora Palacios, lo que a su juicio representa un enfoque errado para atender la situación.

La docente y experta en temas de inmigración añade: “En ese sentido el llamado que hemos venido haciendo desde la academia, es que el abordaje de la migración tiene que ser integral, no solo en termino de derechos, sino en términos de que la normativa debe ser aplicable para cualquier extranjero que se encuentre en el territorio colombiano”, concluye.

Entre tanto, las medidas adoptadas por las autoridades estadounidenses, que han impedido el ingreso de los migrantes a su territorio, en la frontera con México, han generado reacciones en los migrantes, represados en Colombia. Las autoridades en Necoclí han reportado que muchas familias haitianas empezaron a retornar hacía el interior del país, lo que eventualmente podría cambiar el estatus de la migración y pasar de transitoria a estacionaria, con consecuencia por ahora impredecibles.

Ante tal situación, la experta sugiere que esta “bomba de tiempo” debe tener un tratamiento humanitario, tal como el que Estados Unidos adelanta con los refugiados afganos.

“Algo similar podría estarse viendo con el tema de los haitianos, porque en realidad se trata de personas que necesitan protección internacional y muchas de ellas también habría que analizar en qué casos necesitarían ser consideradas como personas refugiadas”, resalta la experta.

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