Miles de personas se congregaron en el parque Bayfront, en el centro de Miami, para sumarse desde esta ciudad del sur de Florida a la denominada Marcha de las Mujeres, que se desarrolla en Washington y que ha superado con creces la expectativa de asistentes.
La manifestación, en la que participaron mayoritariamente mujeres de diversos orígenes y edades, se realiza el mismo día en que el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, ejerce el cargo del todo, tras los actos de investidura del viernes.
La marcha de Miami, como en otras ciudades de Florida, fue una plataforma para que sus participantes defiendan la diversidad, la igualdad y los derechos de las mujeres que, según señalan, ven amenazados con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
"Los derechos humanos son una cuestión no-partidista. Queremos decencia para nosotros, nuestras familias y nuestros vecinos", señaló Stephanie Myers, una de las organizadoras de la marcha.
"La retórica de este ciclo (político) fue tan divisoria", lamentó la activista en declaraciones al diario Miami Herald.
Los manifestantes en esta ciudad del sur de Florida expresaron su rechazo a las políticas "contrarias a los derechos civiles" que ha prometido desarrollar durante su mandato Trump, algunas de las cuales ya se pueden leer en los nuevos contenidos de la página web de la Casa Blanca.
Acorde a su agenda nacionalista y conservadora, se establece ahí como prioridad la deportación de los indocumentados con antecedentes penales o el muro en la frontera con México para detener la entrada de drogas y la inmigración clandestina, dos de sus promesas electorales más controvertidas.
A primeras horas de la tarde se podían observar largas filas de personas que se dirigían al anfiteatro del parque para escuchar a los oradores del mitin, en el que participarán representantes de organizaciones locales, defensores de los derechos civiles, académicos y hasta comisionados de la ciudad.
En la capital de Florida, Tallahassee, varias personas participan también de una marcha que concluirá delante del Capitolio estatal, en "solidaridad con las mujeres y familias" del país, y con el fin de mandar un claro mensaje a la Administración Trump, al Congreso en Washington, así como al gobernador de Florida, Rick Scott, y a la legislatura estatal.
"Imaginamos un futuro donde cada uno de nosotros será tratado con dignidad, respeto y compasión", señalaron los organizadores en un comunicado.