Miles de manifestantes se volcaron a las principales calles de la Ciudad de México para acompañar a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero, y a la par de exigir justicia reclamaron la renuncia del presidente y su gobierno, que no ha aclarado el caso.
Una de las manifestaciones se realizó frente al Palacio Nacional, en el centro de la ciudad conocido como el Zócalo, y cuando la mayoría de los manifestantes ya se había retirado, un pequeño grupo de jóvenes enmascarados arrojaron objetos en llamas y golpearon con palos los escudos de los policías.
La policía respondió con extintores de incendios hasta obligarlos a retirarse de la plaza. Otras tres marchas que recorrieron la capital el jueves se desarrollaron en calma.
Mientras las movilizaciones se extienden a otros estados, incluso a otros países como El Salvador y Bolivia, los padres de los estudiantes desaparecidos han expresado su desconfianza por los resultados que les ha entregado la fiscalía federal.
Los estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron en septiembre y se cree que podrían haber sido ejecutados por policías locales de Iguala , estado de Guerrero, siguiendo órdenes del exalcalde de esa localidad y de su esposa.
El presidente ha denunciado que grupos que buscan desestabilizar a México y atentar contra su Gobierno podrían estar detrás de la violencia que se ha registrado en algunas protestas.
Peño Nieto señaló que la violencia “es inaceptable” y dijo que si bien el país está “dolido, pidió a los manifestantes a protestar de manera pacífica.